La Cofradía de las Benditas Ánimas durante el Trienio Liberal (y III)

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Benditas Ánimas

La hermandad de las Ánimas es una de las tres que hoy componen la prestigiosa hermandad Sacramental

Vamos a seguir analizando los datos que tenemos de las Cofradía de las Benditas Ánimas de nuestro pueblo durante el trienio liberal (1820-1823). Y ya vimos en el artículo anterior el cargo y la data de 1822 que fueron respectivamente 18.115 y 18.300 reales. Pero llegando ya al año 1823 el mayordomo Ramón García mostró el cargo y la data. En el primero en enero recogieron en la calle José Rodríguez de Jerónimo 17 reales, José Sánchez 25 reales y el famoso cajón de la cofradía 16 reales. En febrero el nombrado ut supra José Rodríguez Jerónimo recogió 17, Andrés Durán 20 y el cajón 11. En marzo cogió José Cardona 26, Andrés Jiménez 31 y el cajón 16. En abril, por no haber faroles, del cajón sólo se recogieron 8 y del requemo de una libra de cera 18. En mayo de Francisco Sánchez de Matho 27 y del cajón 7. En junio por no haber faroles del cajón 11 y de don Francisco Vigil del requemo 9. En julio, por no haber faroles, del cajón 13 y de los cirios por haber asistido a un entierro del señor Manuel Franchoy 48. En agosto, por no haber faroles, del cajón 16. En septiembre de José Cardona 38, de Fernando Aguilera 53 y del cajón 22. En octubre de José Cardona 34, de Fernando Aguilera 40 y del cajón 21. En noviembre de Juan Monje 34, de José Tamayo Medina 17, del cajón 50, de un devoto 40 y de luminaria 4. Por último, en diciembre de Manuel Mejías 31, de José Tamayo 16 y del cajón 13. Sumaba el cargo 751 reales. Y nos imaginamos a los hermanos que pedían por las calles para el culto de las Ánimas Benditas y cuyos nombres aparecen, como vemos, en el documento que estamos analizando. Y conocemos una población, Campillos, tan sonada desgraciadamente por las últimas inundaciones, donde salen las mujeres por la tarde a pedir en las calles por las Ánimas o el caso de la moza de Ánimas -que sale por las tardes a instar a los vecinos que recen por las Ánimas- de La Alberca en la salmantina Sierra de Francia o incluso el pueblo de mis mayores por el lado paterno, Puerto de Béjar en la salmantina Sierra de Béjar donde hasta no hace demasiado vivía Tía Petra la última moza de Ánimas. Pero, en fin, lo que nos interesa es que los hermanos pedían por las calles todo el año para el sostenimiento de la cofradía, en una época que fue de gran fervor hacia las Ánimas que contaban con numerosas cofradías -hoy mayormente fusionadas con las Sacramentales como ocurre en nuestra ciudad con esa importante hermandad, la Sacramental de Santa María Magdalena, con un triple origen pues en ella se fusionan tres cofradías, la del Santísimo Sacramento, la de las Ánimas Benditas y la de la Divina Pastora de las Almas.

Mas, visto el cargo, es hora de analizar la data, los gastos que tuvo la cofradía en el famoso por tantos conceptos año 1823. En enero cuatro misas costaron 68 reales y el aceite 18 reales. En febrero el aceite 18. En marzo cuatro misas de los lunes 68 de nuevo y el aceite 18 también de nuevo. En abril el aceite 18. En mayo el aceite 18. En junio el consabido aceite 18. En julio el aceite 16. En agosto el aceite 16. En septiembre cinco misas de los lunes 85 y el aceite 16. En octubre cuatro misas 68 y el aceite 16. En noviembre cuatro misas de los lunes 68, el aceite 16, nueve misas rezadas de madrugada a ocho reales cada una 72 y el aguardiente para las madrugadas 52. En diciembre cuatro misas de los lunes 68, aceite 16, la compostura de una linterna y seis cirios del hermano Diego Durán. Sumaba toda la data 766 reales, habiendo sido mayor la data, es decir los gastos, que el cargo, es decir los ingresos que eran de 751 reales en una cantidad total de 15 reales.

Pero nos gustaría, ya acabado este repaso a las rentas de la confraternidad, analizar un poco la vida de la corporación. El vicario general y provisor -cargos que andaban aparejados- del arzobispado de Sevilla don Pedro Manuel de Céspedes aprobó las reglas el 13 de julio de 1750. Entre sus hermanos en el momento de la presentación de estos estatutos estaban tres Arquelladas, importante familia de hidalgos nazarenos, en concreto el secretario de la corporación don Alonso Pérez de Arquellada, don Juan de Arquellada Berrio y don Cristóbal de Arquellada. Era por otra parte hermano mayor don Francisco José de Rivas, que suponemos que sería el clérigo hijo de ganancia o natural de don Francisco Domínguez de Rivas. Otros Rivas como don Alonso de Rivas y don Alonso Vicente de Rivas también pertenecían a la cofradía en la fecha de la ordenación de las reglas. Otros hermanos eran, por fin, el mayordomo Diego Rodríguez, el alcalde más antiguo el clérigo y beneficiado don Gaspar de Perea Ruiz de Salazar, el alcalde Alonso Rubio, el segundo mayordomo don Dionisio Urbilla, don Mateo Baena, Francisco Rubio, don José Gutiérrez y don Juan Baltasar de Castro, En resumen pertenecían a la cofradía en la fecha de aprobación de sus ordenanzas lo más granado de la sociedad nazarena. Sin embargo, en el capítulo decimocuarto de las reglas se hace ver que la hermandad era pobre y vivía de las limosnas que recogía. Para recogerlas el hermano mayor nombraba veinticuatro cofrades para pedir por meses, Parece claro que pedían dos cada mes como aparece en las cuentas que hemos analizado.

Entre los cargos de la cofradía estaba el de hermano mayor, que debía procurarse que fuera un clérigo, el de mayordomo receptor, el de mayordomo de alhajas y los alcaldes. Pero remitimos a nuestro artículo de la revista de fiestas a los que quieran saber más datos sobre las reglas corporativas.

Nos interesa reseñar que la Parroquia de Santa María Magdalena se configuraba como una parroquia donde se daban culto a todas las devociones de la época. Contaba con su hermandad Sacramental, su hermandad de Animas, su hermandad del Rosario, su hermandad de la Divina Pastora, su hermandad de Vera-Cruz residente en su ermita de San Sebastián, su hermandad de Santa Ana residente en su ermita de Santa Ana, su hermandad de Valme, residente en su ermita de Nuestra Señora de Valme, durante un tiempo tuvo su Congregación del Rosario de Mujeres de Nuestra Señora de las Virtudes de la que conocemos mas bien poco, su hermandad del Escapulario de Nuestra Señora del Carmen, de la que sabemos también muy poco, hermandad de la Oración en el Huerto y también durante un tiempo tuvo su hermandad del Pecado Mortal, dedicada a luchar contra éste y que también hemos estudiado en este periódico o su hermandad del Cristo del Cementerio, de la que también sabemos poco. Tuvo a su vez al parecer una cofradía de Santa María Magdalena y de los devotos de San Ginés se habla que formaban congregación. Curiosamente no existía cofradía del Nazareno, de Jesús con la Cruz a Cuestas. Ya sabemos que las primeras fundaciones penitenciales fueron las cofradías de la Vera-Cruz, impulsadas por los franciscanos, luego seguirían las del Santo Entierro, impulsadas entre otros por los carmelitas, pero en tercer lugar estaban las del Nazareno, que impulsaron mucho el clero secular. En Dos Hermanas no sucedió así y la tercera entre las penitenciales sería la de la Oración en el Huerto que en sus principios llamó a su dolorosa del Rosario para muy pronto llamarla de los Dolores. Su origen está en una procesión de niños que salió por primera vez en 1716. Sus padres en 1724 quisieron regularizarla y una nota de colecturía de Santa María Magdalena nos dice que salió ya en 1725. Es este el origen de la cofradía que luego, muy recientemente, en 1975 se fusionó con la vieja cofradía de gloria del Rosario, que había perdido su primitiva titular en el incendio de la parroquia en 1936 y que tenía como tiene de titular a una imagen de gloria, traída del Convento de Santa María la Real de Madres Dominicas de Sevilla, hoy establecido en Bormujos. La talla de la Virgen es anónima siendo el Niño muy reciente de José María Leal Bernáldez.

Pero, en fin, lo que verdaderamente nos importa de este artículo es mirar cómo se desarrollaba la vida ordinaria de la vieja cofradía de las Benditas Ánimas. Hoy la hermandad fusionada rinde culto a un magnífico y gran cuadro romántico de Francisco Cabral Bejarano obra de 1860. A su vez en el despacho del párroco se guarda el boceto de este cuadro que recuperó el autor de estas líneas de un desván, Por otra parte, en la Capilla de San Sebastián, posiblemente primitivo patrón de esta ciudad, se venera otro cuadro de Ánimas, también de considerable tamaño que nos queda la duda de si era el primitivo de Santa María Magdalena.

BIBLIOGRAFÍA:
-CALDERÓN ALONSO, Germán: ‘Las reglas de 1750 de la Hermandad de las Benditas Ánimas de Dos Hermanas’ en Feria de Dos Hermanas, 1999. Excelentísimo Ayuntamiento de Dos Hermanas, 1999. Págs. 29-32.

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