Crónica de la Romería del Rocío y su celebración en Dos Hermanas

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Rocío

El pregón fue un canto a los rocieros de Dos Hermanas que son los que hacen nuestra hermandad

No cabe duda de que Dos Hermanas vive con mucha intensidad la romería del Rocío. No es, evidentemente una de sus grandes fiestas, pero sí tiene arraigo en un grupo muy importante de vecinos, entre los que se encuentran, mira por donde, muchas de las más viejas y linajudas familias del pueblo, muchas de las cuales han sido y son sustento de las festividades religiosas de este devoto pueblo.

Y comenzaron oficialmente las fiestas el miércoles 1 de mayo –día también muy significativo para Dos Hermanas porque otra de sus principales devociones la Virgen de Consolación de Utrera, devoción de labradores, manchoneros y pelantrines y, en general, de toda Dos Hermanas, sale en bellísima procesión en conmemoración de su coronación canónica en 1964 en ese día primero de mayo paseando por el parque que rodea su hermoso y majestuoso santuario-.

Pues, bien, en Dos Hermanas en loor de multitud se trasladó ese día el simpecado de su retablo al altar mayor, acontecimiento que es muy querido y esperado por los rocieros nazarenos.

Y durante los días 2, 3 y 4 de mayo se celebró el concurrido y solemne triduo en honor a la Virgen del Rocío, cuya imagen era representada por su insignia vicaria nuestro querido, devoto, precioso y milagroso simpecado. Y se colocó nuestro simpecado en un bello templete propiedad de la hermandad de Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de la villa serrana de Guadalcanal, famosa por su Semana Santa, la más nombrada de toda la Sierra Norte. Y vino a nuestra memoria el viejo cantar: ‘La Virgen de Guaditoca tiene un lunar mirando para Guadalcanal’. Y el altar estaba perfectamente colocado con flores y luces pero, desde luego, lo que destacaba era el templete, que era, evidentemente, la originalidad de este año.

Ocupó este año la Sagrada Cátedra durante el triduo el sacerdote salesiano o lo que es lo mismo de la Congregación de San Francisco de Sales, fundada por ese gran apóstol de la juventud que fue ese pedagogo ante todo que fue San Juan Bosco –que eligió para su congregación el nombre del dulce y moderado San Francisco de Sales, don Juan José Gutiérrez Galeote, director del Colegio Salesiano de Nuestra Señora del Carmen de Utrera. El orador, que es un joven y conocido predicador, habló de la figura de la madre y de la mejor de las madres, la Virgen, en todas sus facetas como, por ejemplo, la humildad. El predicador ya es conocido en Dos Hermanas donde ha ocupado la sagrada cátedra en el quinario de Valme. Para nuestro gusto, y estamos muy acostumbrados, desde niño, a un género tan difícil como la oratoria sagrada. Lo mejor del predicador es lo claro que es, lo accesible para el pueblo, para eso hermanos que pertenecen al común de los fieles y en los que no hay que esperar un dominico excesivo de teología en todas sus accesiones. La doctrina que predicaba era clara y diáfana y creemos que es lo mejor que mostraba.

Por otra parte, el viernes juraron las reglas los hermanos que contaban con catorce años o más tal como se indicaban en ellas. El último día, el sábado fue un día muy emocionante, sobre todo para los que como el autor de estas líneas cumplían cincuenta años de pertenencia a la confraternidad. Pero mayor sería para los que como Álvaro Jiménez Pareja, hijo del hermano mayor Antonio Jiménez Chacón y Concepción Pareja Rivas, cumplían setenta y cinco años y lo cumplían en la función.

Y llegó el día de la función, tan solemne, tan vivida por la hermandad que ve en ella su mayor día a lo largo del año después claro está del Lunes de Pentecostés, día en que sale la Señora por la Aldea Almonteña. Este día Santa María Magdalena rebosa de Rocío. Predicó la función nuestro párroco, que puso todo su cariño en su sermón. Ya sabemos que gran parte de su oratoria gira alrededor de un tema fundamental que nunca olvida, el amor de Dios que omnipresente se derrama sobre los hombres. Y él nos lo recuerda continuamente. Particularmente al autor de estas líneas esta idea le sirve de consuelo. Pero, por supuesto, también tiene presente la figura de María, la primera cristiana, la que el sentir del pueblo llama Mediadora. Por eso don Manuel Sánchez de Heredia predica en un camino de fe la alegría del Amor con mayúsculas, el Amor de Cristo y el Amor de María.

Pero después de la función viene otro momento muy esperado por los rocieros, el pregón. Este año lo pronunció nuestra hermana María del Carmen Rodríguez Parrado a la que con toda la sencillez del mundo, con toda la sencillez y el cariño del mundo la presentó su hija Carmen Berrocal Rodríguez. Conocemos a María del Carmen Rodríguez de toda la vida aunque la hemos tratado muy poco por tanto si un pregón siempre trae una incógnita hoy traía doble incógnita. Y si, con algún calificativo podemos definir el pregón, fue de sentido pues la pregonera puso en él mucho sentimiento hacia Dios y hacia María. Además el pregón fue de los que nos gustan. Contó con muchas referencias a personas y a hechos. Por él desfiló toda la hermandad del Rocío de Dos Hermanas desde hermanos mayores ya míticos como Antonio Alonso Muñoz, ‘El Pelao’ y el prematuramente desaparecido Alonso López García, ‘El Chamorro’ hasta la famosa reunión de las ‘Niñas’ de las que forma parte la pregonera y también la camarera del simpecado Encarni Ruiz Rodríguez. Pero, no sólo salieron a la palestra personajes tan significativos, también otros muchísimos rocieros más anónimos pero que también tienen su lugar al lado de nuestro simpecado y de esa Blanca Paloma que acoge a todos sus hijos. Fue, desde luego, un pregón que llegó a todos los rocieros nazarenos. No era difícil, nada de difícil identificarse con él.

Después de los cultos y el pregón, viene esa intensa época de preparación de la romería que se vive de diversas maneras pero que más o menos viene a ser la misma.

El miércoles 5 de junio salió la hermandad tras la misa de romeros a las siete que predicó don Manuel Sánchez de Heredia. La salida fue tan lucida y bella como siempre, con ese momento tan entrañable que es la salve ante el monumento de la Plazoleta erigido en honor y gloria de la Virgen de Valme.

Y después los hitos del camino: el bellísimo e impactante paso por el Guadalquivir en Coria del Río, la visita a la Parroquia de Nuestra Señora de la Estrella donde se venera la patrona de la villa, la noche en los Silos, tan hermosa e íntima…

Y llega el Jueves y con él el paso por el río Guadiamar, ese Quema de nuestro amores, y la presentación en Villamanrique. Y nos gustaría pararnos un poco en esta presentación que tanto significa para el antiguo lugar de Mures, hoy villa de Villamanrique de la Condesa. Los manriqueños gozan con la presentación de las hermandades que pasan por su Parroquia de Santa María Magdalena y a las que recibe su hermandad. Y la presentación de la nuestra es en exceso bella y elegante. Nada más hay que ver a nuestra elegante caballería, la hermosura de nuestro simpecado, muy bien exornado este año con flores amarillas, el tipismo –y lirismo- de nuestras carretas, etc. La caballería desde luego no podía ir mejor y nuestra hermandad lucía como una de las mejores hermandades. Desde luego, la presentación era todo un espectáculo para la vista. Y luego, esa noche, igualmente tan hermosa y quizá menos íntima, en el Camino de las Glorias…

Y luego vino el Viernes con la Raya Grande, Palacio, la Raya Chica, el paso por el puente del Ajolí y la llegada al Rocío. Este año la entrada en la Aldea fue muy tardía.

Y llegó el Sábado. A nosotros por nuestra antigüedad nos tocó la presentación el Sábado a las tres pero lo hicimos bastante más tarde pues había retraso. Y desfilamos cantando nuestro estribillo típico ‘Viva Dos Hermanas, viva mi hermandad, vaya poderío tiene mi hermandad’. Esa noche, por último, el devoto y recogido Rosario de la Hermandad de Almonte pasó por nuestra casa. Pero llega el Domingo y nos estamos viendo que si queremos hablar largo y tendido de la Virgen vamos a tener que dedicarle a esta crónica otro capítulo.

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