Pablo Oñós Gutiérrez, poeta y cantor de la Virgen de Valme (I)

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Pablo Oñós Gutiérrez

Ha cantado en numerosas ocasiones a nuestra singular Protectora, la Virgen fernandina

Hoy vamos a traer a nuestras páginas a un personaje que nos es enormemente familiar: a Pablo Oñós Gutiérrez, un destacado compositor de nuestra ciudad muy relacionado con el mundo valmista y rociero.

Nace nuestro poeta en Sevilla en la Cruz Roja de Triana el 13 de febrero de 1972, hijo de Rafael Oñós Caro, nacido en la misma ciudad y vecino de la calle Feria y Mercedes Gutiérrez Arroyo, nacida a su vez en la capital del antiguo reino y de la provincia y vecina igualmente de Feria. La familia era muy numerosa, pues su padre había estado casado antes con Matilde Prados Machado con la que había tenido seis hijos: María del Carmen, Rafael, Jesús, Matilde, Juan Ignacio y Vicente. De su segundo matrimonio sólo nacieron Lucía y nuestro biografiado.

El padre, personaje público muy destacado y muy conocido en Sevilla y muy particularmente en Dos Hermanas, había estudiado Derecho y se dedicó al mundo del asesoramiento financiero y fiscal mientras que la madre se dedicaba a sus labores. Vivían en una enorme y bella casa en la calle 18 de julio del barrio de la Pólvora.

Pablo pasó su infancia entre nuestro también ´Colegio de San Antonio María Claret de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, vulgo Claretianos, de Sevilla donde estudió Educación General Básica y Bachillerato y el Instituto Virgen de Valme de Dos Hermanas donde estudió C.O.U. Pablo, con evidente delectación, nos cuenta que de nuestro colegio común, el Claret, le dejó marcado todo: su formación religiosa –tan completa y liberal-, la importancia dada al deporte –y nos recuerda que el padre Miguélez metió a todo el mundo a jugar a hockey- y, en general, la completísima formación en todos los niveles que se ofrecía, y ofrece, en tan prestigiosísimo centro religioso sevillano.

En cuanto a su formación religiosa en la Parroquia de Santa María Magdalena, la catequesis de comunión se la dieron sus propios padres, la de confirmación Juan de Dios y la de Postconfirmación el autor de estas líneas. Siendo monaguillo, uno de los muchos que alegraban la parroquia mayor en aquellos felices tiempos de don Valeriano, le daban pequeñas catequesis el mismo párroco don Valeriano Carrero Carmona, el coadjutor don Adolfo Petit Caro y la sacristana, sor Paz, dominica del Santísimo Sacramento de la Congregación del Beaterio de Jerez de la Frontera. Todos ellos eran personas que o bien han sido o son personas muy célebres en nuestra pequeña historia local. A su vez, Pablo pertenecía a la  Adoración Nocturna Juvenil

Lo recordamos como un niño risueño, de buen comportamiento para su edad, simpático, cariñoso y que no solía plantear problemas.  Era un buen amigo y un buen cristiano, adaptada nuestra fe a su edad y sexo, lo cual consideramos enormemente importante.

En cuanto a la continuación de su vida estudiantil,  Pablo empezó Filología Hispánica, carrera en la que permaneció poco tiempo. A su vez hizo el servicio militar en el RACA 14.

Pero nos interesa saber sobre todo sus estudios musicales y, nuestro protagonista, ha cursado ni más ni menos que Guitarra en el Conservatorio Manuel Castillo de la calle Jesús del Gran Poder de Sevilla. Ha seguido los cuatro años del Grado Elemental y dos del primer ciclo del Grado Medio y otro dos del segundo ciclo del mismo grado.

Y nos interesa sobremanera saber a que hermandades pertenece. Hoy lo es del Gran Poder, Valme y el Rocío de nuestra ciudad. Antes lo fue también del Buen Fin de Sevilla, hermandad de penitencia familiar al igual que la de la Reina de Todos los Santos –patrona de su collación del Omnium Sanctorum- es la de gloria, y Santa Ana y la Sacramental de nuestra ciudad.

Pero antes de centrarnos en su vida laboral y, habida cuenta de que este número sale en las vísperas del Valme y el pueblo está profundamente envisperado, conviene referir la relación, tan intensa y fuerte, de Pablo con la devoción a la Virgen de Dos Hermanas a través de sus letras, de ese rosario de letras que ha compuesto y que forman su mejor carta de presentación. Desde el año 1988, compone sevillanas u otro tipo de canciones. Entre ellas se encuentra la preciosa rumba ‘Déjame soñar’ y las primeras sevillanas que se titulan ‘Octubre llegó’ que se realizaron en 1991 y que aparecen en el primer y único disco del coro de la Hermandad de Nuestra Señora de Valme, que es de esa época. Ya no era directora del coro Ana Trujillo Rubio y se compusieron en el mandato de ese famoso hermano mayor que fue Juan Varela Gómez, tan metido en nuestra vida local en todos los aspectos, entre ellos el mundo de las hermandades.

En la actualidad Pablo le sigue componiendo al coro de Valme. A su vez, es importante reseñar y es muestra de la confianza en él depositada que narró también la película ‘Amor de Valme’, obra de Antonio Pino del 2010.

Por otro lado, tampoco ha dejado de componerle al coro del Rocío. El primer  y único disco del coro de la hermandad pertenece prácticamente a su producción. Las letras eran suyas y la música la puso Marcelina Sánchez Castro, directora técnica del coro al igual que a efectos organizativos llegó a serlo nuestra queridísima tía Ana María Alonso Muñoz. Entre las sevillanas, se encuentran las famosas ‘La Virgen quiere que tenga’. ‘Tiene que haber’ y ‘Dos nombres entrelazados’ que, como el paciente lector adivinará, se refiere a los de Valme y Rocío.

Aún prometiendo volver a este campo tan fértil e importante como el de las sevillanas, nos centramos ahora en el umbroso mundo de las devociones de Pablo, en el que en parte sale al autor de estas líneas, que procuró, no sé si lo logramos, influirle ampliamente. Y Pablo tiene un componente devocional y festero muy acentuado que le hace  mirar con muy buenos ojos el mundo de las romerías en el que participa ampliamente. Y le gusta el Valme de Dos Hermanas y el Rocío de Almonte, la fiesta de la subida de la Asunción de Cantillana, la romería de la Pastora de la misma villa, Cuatrovitas de Bollullos de la Mitación, Aguas Santas de Villaverde del Río, Torrijos de Valencina de la Concepción y el Loreto de Villanueva del Ariscal, sobre todo el día en que el pueblo le ofrece las ofrendas de los frutos de la vendimia el último domingo de agosto. Para él Valme y Rocío no tienen nada que ver, lo cual dudamos. De todas formas, apunta una idea básica que en la mayoría de sus asertos convenimos con él y es que el Valme conserva su aire romántico y su idiosincrasia de romería de pueblo y tiene un sello propio. Y es verdad que este aire romántico se ha conservado lo deseemos o no, de una manera acaso inopinada, incluso en la especie de postcontemporaneidad en la que vivimos, más cerca queramos o no queramos de la llegada del Cordero Inmaculado, del Verbo, de lo que imaginamos.

En cambio, para él, como para muchos, el Rocío es la manifestación de alegría de Andalucía en torno a la Virgen, mostrando la forma de ser y de expresarse de nuestro pueblo.

En fin, ya seguiremos la semana que viene con una biografía más o menos lineal o centrada en temas claves de Pablo Oñós. Sólo nos falta reseñar que se integra completamente en la vida de este valmista –y menos rociero aunque lo es y mucho- pueblo y que pone a nuestra singular protectora como fuente de sus amores, como manantial de aguas vivas de donde nacen entre otras virtudes y caracteres de Pablo su alegría, su sencillez, su parquedad muchas veces en las palabras que muestra un sentido de la prudencia admirable y que llama mucho la atención.

María sobreabundó en Fe, Esperanza y Caridad. Pablo aunque es lógico que muchísimo menos también muestra y lo certificamos como catequista estas tres importantísimas virtudes que completa con las cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, de las que también sobreabundo la Virgen que en su especial valimiento protege a su Dos Hermanas que siempre la amó como dice el himno de la Señora. Proteja ella a nuestro personaje y a todo su pueblo que se prepara para su singular y única romería.

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