París se rinde ante la maestría del jinete nazareno Rafael Jurado

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Rafael Jurado
Integrantes del espectáculo “Sevilla presenta los Caballos del Cortijo de Cuarto” tras una actuación en Montilla (Córdoba). De izquierda a derecha: Luis Ramos Paúl, Manuel Moreno, Alvaro Páez, María Jesús Jurado, Rafael Jurado, Rocio Jurado, Enrique Zamora, Enrique Cabeza, José Manuel Jurado, José Manuel Alanís, Francisco Jurado y, el más pequeño, José Miguel Jurado.

1975

Considerado como uno de los mejores del mundo, dirige desde 1962 la Escuela de Doma del Cortijo de Cuarto

Francia se ha rendido a los pies del nazareno Rafael Jurado Castillo. El espectáculo ecuestre que dirige,  “Sevilla presenta los Caballos del Cortijo de Cuarto”, ha sido la gran sensación del Salón Internacional del Caballo, celebrado en diciembre en París. Tanto ha gustado al público galo esta exhibición de 14 caballos de raza española que se han visto obligados a multiplicar sus actuaciones. De los tres días previstos (a pase por día), tuvieron que ampliar su presencia a 15 días y dos pases diarios. Uno de esos días, a las doce de la noche y cuando ya habían finalizado su actuación, los organizadores del Salón le pidieron a Rafael un tercer pase. Se negó. “Los caballos tienen que descansar”, les dijo. Para convencerle, le mostraron a cientos de parisinos, bajo una tremenda nevada, haciendo cola para ver el espectáculo. Tuvieron que hacer un tercer pase para corresponder tal expectación. La crítica en Francia ha sido magnífica y ha otorgado aún más fama internacional a nuestro paisano (conocido por el apodo de “Rubio Chele”), que además de dirigir el show es uno de los jinetes.

El espectáculo, que se estrenó en 1973 en el Parque de los Príncipes y más tarde en la Real Maestranza de Sevilla, ha sido presentado en Dos Hermanas tras el éxito de París. El pasado 6 de enero, con motivo de la Campaña de Navidad de la Hermandad de Valme, los nazarenos pudieron disfrutar en el Cine Español de Verano de la elegancia de estos equinos, que “campaneándose, doblando mucho las rodillas, sacando los cascos hacia afuera y levantándolos casi a la altura del codillo”, bailaron con música de Albéniz, el maestro Rodrigo o al compás de bulerías. “Permitidme, queridos paisanos (decía Rafael en el programa de mano) expresar el gran orgullo que siento por haberme forjado bajo el cielo nazareno y entre nuestros inigualables olivares. Hasta Norteamérica, Austria, Holanda, Francia…. llevé el nombre de Dos Hermanas.”

Y más países tendrá que recorrer. La fama de este nazareno de 44 años no hace sino crecer. Ya hace tres años,  en 1972, se proclamó campeón de España de doma vaquera (en Jerez) a lomos de Malandrín, y participó en Austria, representando a España junto a Álvaro Domecq, en el 400 Aniversario de la Escuela de Equitación de Viena, la más importante del mundo.

El emperador de Etiopía, experto en el arte ecuestre,  quedó tan impresionado con su maestría que le invitó a visitar su palacio y le compró un caballo. Los nazarenos deben sentirse orgullosos de este embajador excepcional de Dos Hermanas.

No actuó en el Madison de Nueva York por ver a la Virgen de Valme

Rafael JuradoRafael Jurado participó como jinete, en 1964, en los Juegos Internacionales integrados en la Exposición Mundial celebrada en Nueva York. Tras maravillar a los norteamericanos con su talento, le propusieron una actuación en el Madison Square Garden que él rechazó “porque quería estar en Dos Hermanas el tercer domingo de octubre, junto a la Virgen de Valme”, cuya medalla siempre lleva colgada de su cuello. A pesar de haber impartido clases de doma en numerosas ciudades de España, Alemania, Francia y Holanda, Rafael nunca prolonga sus estancias más de quince días. “No aguanto un mes fuera de Dos Hermanas”, avisa este nazareno a todo el que se interesa por sus servicios. Su segunda pasión son su familia: su esposa Gertrudis Sánchez, y sus hijos Pepe y Rocío, que siguen sus pasos en el mundo del caballo.

Maestro de maestros

Rafael JuradoAmor Rojo, Justiciero, Nadal, Martinete, Pamplinoso, Acebuche, Sissi, Taranto, Diamante, King, Sheila, Patalete, Altanero o Malandrín (este último un impresionante pura raza inglés) son algunos de los caballos a los que hace bailar Rafael, “Rubio Chele”, al que aquí vemos montando con el Cortijo de Cuarto de fondo. Su aprendizaje fue autodidacta. Se crió rodeado de caballos en La Corchuela, donde su padre (José) era cochero. A los 5 años ya montaba, y a los 15 enseñaba en la Escuela de Doma de Cuarto, de la que se hizo cargo en 1962. De él dicen los críticos ecuestres que es un jinete intuitivo, con talento y una extraordinaria habilidad. Está considerado un maestro a nivel internacional tanto en doma clásica como vaquera. Actualmente dirige el picadero del Cortijo de Cuarto, alquilado por Diputación. Allí, donde tiene más de 60 caballos, enseña doma y no cobra al que viene a aprender.

 

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