Un acta de 1944 de la Hermandad de la Vera-Cruz

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Vera-Cruz

Se habló de esta reunión de la mesa de la comisión que organizó los actos del IV Centenario

Fue el año 1944, un año importante en la historia de la Cofradía de la Santa Vera-Cruz de nuestra entonces villa por celebrarse, durante este período, el IV Centenario de la institución de sus primitivas reglas. En el orden social y político, hacía poco que había acabado la Guerra Civil, se vivía una época de carencias de todo tipo, los odios todavía estaban muy abiertos y, por otro lado, reinaba el Nacionalcatolicismo, ideología que con todos sus defectos, que fueron muchos, no cabe duda que, en gran parte, pudo volver a cristianizar muchos sectores de la población de nuestro país que estaban alejados de la Iglesia. Además, el mundo se encontraba inmerso en la II Guerra Mundial. Pues bien, vamos a estudiar un acta de la hermandad veracrucista donde se trata sobre comisión organizadora de los actos de aquella importante efeméride, que ya intentaremos analizar en un futuro.

En la noche del 19 de mayo del citado año, a hora tan intempestiva –o al menos así lo parece- como las once de la noche se reunió la mesa de gobierno –como así se nos dice- de la confraternidad. Era infraoctava de la Ascensión del Señor, es decir, una jornada dentro de los ocho días posteriores a esta importante fiesta del calendario católico. Presidía el mayordomo primero –cargo que, como es sabido, equivalía a hermano mayor- el ya mítico Manuel Husón Alanís, vecino de la calle San Fernando y, por tanto, residente en el viejo barrio de San Sebastián. Era secretario el culto José Miguel Arahal, sobrino carnal que era del Beato Bienvenido de Dos Hermanas. Asistieron los hermanos Manuel Husón Alanís, Francisco Rodríguez Álvarez, Manuel Ramos Rubio, Eulogio González Rivas, José Benjumea Benítez, Antonio Campos Ocaña, Manuel Castillo Barbero, José Miguel Inurria, Juan Reina Núñez, José Castillo Barbero, José Rodríguez Gutiérrez, José Moreno Cebador, José Morales Román y Francisco Anquela Moriano.

En primer lugar, el secretario dio lectura a un oficio del consiliario de la cofradía, que lo era el cura párroco don Manuel García Martín, en el cual éste aprobaba y felicitaba a la nueva mesa elegida el 11 del mismo mes y que estaba formada por los siguientes hermanos: mayordomo primero Manuel Husón Alanís; mayordomo segundo Francisco Rodríguez Álvarez; mayordomo de alhajas Manuel Ramos Rubio; secretario José Miguel Inurria; vicesecretario Juan Reina Núñez; alcalde primero Eulogio González Rivas; alcalde segundo José Benjumea Benítez; prioste Manuel Castillo Barbero; fiscal Antonio Campos Ocaña; oficiales de mesa José Castillo Barbero, José Rodríguez Gutiérrez, José Terrero Moreno, José Moreno Cebador, Manuel Salguero Muñoz y José Morales Román; diputados de insignias Ramón González Almazán, Francisco Anquela Moriano, Antonio Román Claro, Antonio Ferrer de Couto Romero, Francisco Carretero Arahal y José (apellido ilegible) Álvarez.

Entre ellos, como vemos, se encontraba aparte del mayordomo primero, otros, por citar algunos, como Francisco Rodríguez Álvarez, ‘Pachico’, famoso comerciante de droguería de la calle San Sebastián; el también mítico Manuel Ramos Rubio; el maestro don Juan Reina Núñez; el carpintero Eulogio González Rivas; el también comerciante José Rodríguez Gutiérrez, ‘Pachico’, hijo del antes nombrado; el bancario y hoy hermano número uno Francisco Anquela Moriano; Antonio Ferrer de Couto Romero , hijo del también mayordomo primero –y secretario y fundador de la Hermandad del Rocío- José Luis Ferrer de Couto Lamas, etc.  Como vemos un destacado elenco de nazarenos de diversos oficios que han pasado a la historia de la corporación veracrucista.

A continuación, leída la lista de la nueva junta el secretario repartió los nombramientos que acreditaban a los asistentes.

Luego, el secretario, por orden del párroco, leyó una carta pastoral  de los obispos de Andalucía, dirigida a las cofradías, acerca del modo y forma en que deberían  ser elegidos los componentes de una mesa y las instrucciones que a éstos  se les daban. Vemos, pues, que se trata de que se cumplan en la hermandad las normas episcopales sobre elección de cargos, los cuales, desde luego, ya estaban elegidos.

El mayordomo de alhajas Manuel Ramos Rubio, propone sean admitidos como hermanos los que, teóricamente, aparecían al margen pues lo cierto es que en el margen no aparece nada.

El mayordomo primero Manuel Husón Alanís, pidió que se hiciera constar en el acta el “voto de gracia” –expresión muy utilizada en la época- que la hermandad da a todos los que por el engrandecimiento de la misma habían trabajado y, de un modo especial, los que pidieron para sufragar los gastos de quinario, cultos y estación de penitencia. Se trata, pues, una referencia a las famosas pedidas de Vera-Cruz que todavía se siguen haciendo. Las famosas listas de pedidas de nuestra hermandad que hemos conocido desde nuestra infancia se ve que ya en esta época tenían un antecedente.

A su vez el Manuel Husón Alanís informó que la reunión de las hermanas que se pretendía hacer no había dado resultado por lo ocupadas que se encontraban éstas en sus casas. Aparece, de esta manera, una nota sociológica de gran sabor pues se alude a las muchas ocupaciones de las nazarenas en sus hogares que impidieron esta reunión de las cofradas  veracrucistas.

Por su parte, el alcalde primero Eulogio González Rivas, propuso que se hicieran unos boletines con el fin de recaudar algunos fondos para sufragar los gastos y estipendios de las misas que se decían en San Sebastián los viernes, domingos y días festivos. A propuesta del mismo y para atender el culto, se formó una comisión de Culto y Clero, que se agregó a la que ya existía del IV Centenario. La formaron los hermanos que componían ésta más Juan Reina Núñez y José Rodríguez Gutiérrez. Quedó constituida por Francisco Rodríguez Álvarez, Eulogio González Rivas, Francisco Anquela Moriano, José Miguel Inurria y los dos citados.

A continuación el secretario comunicó que el párroco y consiliario le había informado de que Sus Altezas Serenísimas los príncipes Czartorisky –don José Augusto Czartorisky y doña Dolores de Borbón-Dos Sicilias y Orleans- habían aceptado el nombramiento de hermanos mayores –se supone que honorarios- de la hermandad. En breve, los príncipes recibirían en audiencia a la corporación que les haría entrega de su nombramiento. Ya sabemos que residían en su huerta de la Princesa de nuestra entonces villa y que ella era hermana de doña María de las Mercedes, esposa de don Juan de Borbón y Battemberg –condes de Barcelona-, tía por tanto del rey emérito Juan Carlos I de Borbón y Borbón y tía abuela del rey actual Felipe VI de Borbón y Grecia.

El hermano Eulogio González Rivas propuso que se realizaran unas inscripciones en mármol en que se hiciera constar las fechas de la restauración de la capilla. El mayordomo primero Manuel Husón Alanís ofreció una de su propiedad lo que aprobó la mesa. Aparece luego un tema más prosaico pues el mayordomo segundo, Francisco Rodríguez Álvarez, propuso que se le compraran veintidós sillas que la hermandad pagaría con facilidades. A su vez, informó de que marchaba bien la adquisición de nuevas túnicas.  Ahora bien, lo que quizá sea más importante del acta es que el mismo Francisco Rodríguez Álvarez propuso que se organizara un solemne viacrucis con la imagen del Cristo para rogar por la paz –no hace falta recordar como se dijo al principio que todavía se desarrollaba la II Guerra Mundial-  invitando al párroco y al pueblo fiel de Dos Hermanas. Se decidió informar de ello a don Manuel García Martín para poder realizarlo por el Centro del pueblo. Recordemos que era alcalde de la villa don Fernando Fernández Martínez. Este acto sería uno de los actos principales, dado su matiz eminentemente religioso y penitencial de  esta celebración, tan querida para los hermanos.      Además, se acordó celebrar misa el día del Corpus, fiesta que aparecía en las reglas de la cofradía y, en un orden más pedestre, se acordó enviar un oficio a Fernando Alfaro por haber prestado las baterías para los pasos de los titulares el Jueves Santo, lo que demuestra que los pasos en esta época llevaban luz eléctrica.

Luego, el mayordomo primero Manuel Husón Alanís felicito a los nuevos componentes de la mesa y los animó a trabajar por el engrandecimiento de la hermandad, lo cual haría falta dadas las difíciles condiciones por las que pasaba España.

Por último, el secretario anunció que el primer viernes de mes, día 2 de junio, se celebraría nueva reunión de mesa. Hay que hacer notar que se usaba, indistintamente, la palabra reunión y cabildo para los de mesa pues el secretario cierra el acta diciendo que se rezaron las preces y se dio por terminado el cabildo de mesa, firmando y sellando en el año del IV Centenario. Firmaron el mayordomo primero Manuel Husón Alanís y el secretario José Miguel Inurria.

Y acabamos así el estudio de este sencillo cabildo de la importante cofradía del Barrio de San Sebastián, esperando, en un futuro, analizar todos los actos del que fue IV Centenario de la hermandad.

FUENTES DOCUMENTALES:
-Archivo de la Hermandad de la Vera-Cruz de Dos Hermanas: Libros de Actas Capitulares. Libro 19-V-1944 a 25-V-1950.

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