Fernando López Jiménez

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Fernando López Jiménez

“Yo estoy en la hermandad para trabajar y tenemos claro que todos vamos a una”

Fernando López Jiménez, más conocido como ‘Macaco’, es una persona trabajadora, incansable, servicial y muy conocida en la localidad. Pertenece a la hermandad del Rocío y es miembro de su Junta de Gobierno. Ayer emprendió el camino hacia la Ermita Almonteña, un camino que está siendo diferente por la lluvia.

¿De dónde le viene su apodo?
De mi abuelo. Él tenía campo, La Ruana, El gallinero,…y se dedicaba a hacer macacos para los que cogían aceitunas y de ahí hemos heredado el apodo toda la familia.

Es usted nazareno y además muy conocido…
Nazareno 100%, nací en la Casa de Socorro. Y conocido, bueno, yo participo de todas las fiestas de mi pueblo: he sido costalero, nazareno, beduino, ¡hasta cabezudo, en el antiguo colegio de La Almona. Me gusta el Valme, la Feria y también, y mucho, el Rocío.

¿Cómo llega a conocer esta Romería y a la Virgen?
Pues era jovencito, estaba de novio con mi mujer, Ana Mari, y mis suegros y su reunión empezaron a llevarme al Rocío. Ahí lo conocí, lo descubrí y me gustó. Te hablo de hace más de 30 años. Después, mis hijos, Fernando y Ana, también son hermanos.

En todo este tiempo, ¿ha cambiado mucho el Rocío?
Yo de lo antiguo no te puedo hablar pero sí te digo que en el ‘boom’ del ladrillo iba muchísima gente y hoy volvemos a ir los que tenemos que estar.

Es miembro de la Junta de Gobierno, ¿cómo se vive el camino y la estancia en la Aldea desde dentro?
Yo hice un compromiso con Juan Sánchez, el hermano mayor, que iría con él y así ha sido. La verdad es que tenemos una Junta de diez y tenemos todos una gran fuerza y ganas de trabajar por la hermandad. Estamos haciendo muchas cosas como la peregrinación de niños, marcha a caballo y recuperando otras como la doma vaquera. Y por el camino se va con responsabilidad y lo que tenemos claro es que vamos todos a una. Yo estoy aquí para trabajar,  en lo que me digan; que sí, que se trabaja mucho pero me gratifica y merece la pena ver que todo va bien y la hermandad, adelante.

¿Es Dos Hermanas un pueblo rociero?
No, no tiene comparación, por ejemplo, con los pueblos del Aljarafe. Lo que sí hay es mucha devoción a la Virgen del Rocío y mucha Fe. Pero sí tiene mucho asiento y nombre en el Rocío y con la hermandad matriz nos llevamos muy bien.

¿Cuál es para usted el mejor momento de la Romería?
De todos los momentos, me quedo con la entrada en Villamanrique, el Ajolí y por supuesto, con el Lunes. Ese es el día grande en el que recibimos a la Virgen y a todo el que quiera venir a la hermandad. Allí los recibiremos. Este año el camino es diferente por la lluvia pero de eso no tenemos la culpa nadie.

Un auténtico ‘todoterreno’

Quien conoce ‘al Macaco’, que son muchos, sabe que es un torbellino y que “está para todo”. Aparte de su trabajo, en la hermandad hace cualquier cosa, lo que le digan. Eso sí, con cabeza,  sentido común y siempre “de frente”. Tiene una personalidad arrolladora y gentil, un buen fondo, es servicial y fiel amigo de sus amigos. Le gusta congregar a su gente y disfrutar con ellos haciendo un guiso o lo “que venga bien”. Con lo que se compromete llega hasta el final y no le pesan ni el tiempo ni las horas. Es un auténtico “todoterreno” tanto en la hermandad como en su vida personal.

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