“Quería acabar la carrera y formar una familia, pero sentí que Cristo me llamaba”

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Juan de Dios Varela
Juan de Dios Varela ante las imágenes titulares de Vera Cruz.

A los 22 años, el nazareno Juan de Dios Varela ha abandonado la universidad para ingresar en el Seminario. Esta es la primera entrevista que le hacen al futuro sacerdote

Ingresó en el Seminario el pasado 10 de septiembre.Esta entrevista, realizada solo unos días antes, es la primera que le hacen en su vida, y estaba un poco nervioso. Yo también lo estaba. Era la primera vez que realizaba una entrevista ante la presencia del Cristo de Vera Cruz y la Virgen del Mayor Dolor. Ellos fueron los únicos testigos de esta charla íntima con Juan de Dios Varela Rubio, joven nazareno de 22 años que ha decidido dejarlo todo para servir a Dios.

¿Cuando tomaste la decisión de ser sacerdote?

Desde pequeñito siempre lo tuve ahí  en la cabeza. La cuna de mi vocación fue sin duda la Hermandad de Vera Cruz. Con la catequesis surgió una pequeña llamada, pero lo típico de la edad. Cuando fui profundizando en la fe y fui madurando, llegó un momento en que sabía que el Señor me estaba llamando y que no podía negarlo.

Pero has dejado incluso tu carrera universitaria. ¿Ha habido algún momento determinante que cambiara el rumbo de tu vida?

La verdad es que, aunque había dentro de mí un rescoldo, yo entré en la universidad con la idea de terminar la carrera. He hecho 1º y 2º de Historia, y 3º lo he dejado a la mitad. Hace año y medio entré en una etapa de discernimiento, y el momento culmen fue en el Encuentro de Juventudes de Cursillos de Cristiandad, que se celebró en octubre de 2022 en San Juan de Aznalfarache. Allí el Señor me estaba pidiendo una respuesta real, y empiezo a planteármelo seriamente. Si Él murió por nosotros, ¿cómo no voy a ser capaz de dar mi vida por Él? La llamada de Dios llega y no me queda otra que aceptarla, igual que hizo Pedro cuando Jesús lo llamó para que fuera su discípulo.

En el mundo actual en el que la Iglesia se lamenta de la falta de vocaciones, ¿te sientes un «rara avis»?

Es cierto que hay muy pocos seminaristas. En un mundo tan individualista y tan desarraigado de su fe, escasean las vocaciones, y en ese sentido me siento menos identificado con lo que manda la sociedad actual. Voy a pasar mi juventud, entre los 22 y los 29 años, en un seminario, todo lo contrario de lo que hace la gente de mi edad. Puede que sea un «rara avis», pero estoy encantado y feliz con mi decisión.

¿Ya te has concienciado sobre el celibato? 

Yo tenía pensado casarme y formar una familia, lo típico de un chaval de 20 años. Pero una vez que dices que sí al sacerdocio ya has pensado en lo que vas a perder y en lo que vas a ganar. Ya sé que no voy a casarme ni a tener hijos.

¿Y qué vas a ganar? 

Poder darme a los demás y llevarles a Cristo. 

¿Qué te ha dicho tu familia?

Mi madre se lo ha tomado muy bien; a mi padre le ha costado un poco. Como solo somos dos nietos (mi hermana y yo), a mi abuela al principio no le gustó la idea de no tener bisnietos, pero ahora está encantada. Mis amigos más allegados ya se olían algo y me han apoyado en todo lo que he necesitado.

¿Has entrado alguna vez en una discoteca?

Sí, recuerdo una vez, y quizá en algunos bares de copas. 

Hay quien se ha salido del seminario y después se ha casado. ¿Crees que te puede pasar?

Las tentaciones existen, por supuesto, pero espero ser fuerte y fiel.

El 54% de los creyentes nunca va a actos religiosos. La afluencia a las iglesias ha disminuido en los últimos años. ¿Cómo ves el futuro? 

Es cierto que hay parroquias casi vacías, pero otras tienen mucha afluencia de jóvenes. El futuro es incierto, esto es un trabajo de todos. La fe no se basa solo en las tradiciones, sino en enseñar a las nuevas generaciones que Cristo te espera en el Sagrario. Espero que las iglesias no se queden nunca vacías. La lucha es complicada, pero por peores momentos ha pasado la Iglesia.

El último joven de tu edad con el que he hablado me ha dicho que un Cristo, como este que tenemos delante, no es más que un tronco de madera tallado. ¿Qué le dirías?

Que es cierto, es un trozo de madera tallada, pero tiene una función en la fe. Las imágenes proliferaron en el siglo XIII y desde entonces no dejan de ser representaciones que te ayudan a rezar y a entrar en contacto con Dios.

¿Cómo encuentra uno la fe?

Abriendo el corazón a Cristo. Si te encierras es imposible. Si buscas y tienes inquietudes, acabas encontrando la respuesta y no es otra que Cristo.

Recientemente has estado en la Jornada Mundial de la Juventud que se ha celebrado en Lisboa. ¿Cómo viste al papa Francisco?

Lo vi muy mayor, pero brillante mentalmente. Me quedé con una frase que nos dijo: “La alegría de ser cristiano no es para quedársela uno mismo, sino para dársela al mundo entero”.

Cuando seas cura, ¿dónde te gustaría dar tu primera misa?

Me imagino mi primera misa en esta capilla de San Sebastián, rodeado de mi familia y los hermanos de Vera Cruz. Aunque Dos Hermanas no será mi destino, nunca te destinan a tu pueblo. Me gustaría un pueblo pequeñito de Sevilla.

Perteneces a una hermandad con mucha solera como es Vera Cruz. ¿El que va a las procesiones de Semana Santa lo hace por fe?

Las hermandades son un puntal fuerte dentro de la Iglesia. Pero la Semana Santa va camino de morir de éxito. Llega a un punto de fiesta pagana. La gente va porque le gusta cierta banda o cierto capataz y no cae en que Cristo pasó por todo eso para resucitar. Poca gente viene por fe a ver una salida. Pero he visto de todo. En la Romería de Valme, por ejemplo, ves al que solo va de fiesta pero también a la abuela de 80 años que reza detrás de la carreta. 

Deseamos a Juan de Dios una provechosa estancia en sus estudios en el Seminario.

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