Crónica de la Romería de Nuestra Señora de Valme del año 2021

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Romería

La romería típica ha sido sustituida este año por una peregrinación al estilo de Dos Hermanas

Parto de la base, al iniciar esta crónica inusual, que la mayoría de los nazarenos han pasado una Romería rara porque, aunque no faltaba por supuesto el icono principal, nuestra querida imagen de la Virgen, faltaban las carretas, las galeras, los bueyes, los caballos, los jinetes, las amazonas, etc. Menos mal que no faltaban los peregrinos andando. No era una Romería de Valme según Dos Hermanas. Y hay que decir que las romerías no tienen, ni mucho menos, un mismo canon. No es lo mismo la romería de Setefilla de Lora del Río, donde acuden los romeros con pañuelos en la cabeza y sacan a la Señora en un pequeño templete en una emocionante procesión alrededor de la ermita o la romería de Montemayor de Moguer, donde la hermandad de esta ciudad y sus filiales acuden a la ermita de la Virgen y paran varios días hasta que la sacan también en templete, visitando todas las hermandades, u otras muchas variedades decenas de las cuales me he tomado el trabajo de conocer, posiblemente para estar más puesto en mi trabajo. Pero, en fin, a lo que hay que ir, la junta de la hermandad de Nuestra Protectora ha aprobado. Así pues se puso en marcha el engranaje como  todos los años.

El 8 de octubre fue trasladada la Virgen al altar de cultos, lo que se conoce como el traslado. Me gustaría anotar que fue muchísima gente, destacando la asistencia de muchos jóvenes, lo que sigue siendo una constante en los cultos de la Imagen. También me gustaría hacer hincapié en que la Virgen, llevaba un manto realizado con un capote de Emilio Muñoz de color rojo y  de gran belleza. Puede decirse que es un manto más para el rico ajuar de la Virgen. No tengo conocimientos suficientes -aunque haya visto cientos de imágenes marianas- pero no tiene que estar el ajuar de nuestra Virgen entre los peores sino, más bien, entre los mejores de Andalucía por su número de mantos y otros enseres y belleza a lo que se une la calidad y riqueza de muchos de ellos.

Ya el sábado 9 se rezó el rosario, la felicitación sabatina y la celebración de la santa misa por el eterno descanso de los hermanos difuntos. A su término, se impusieron las medallas a los nuevos hermanos y acto de homenajes a los hermanos más antiguos. Y vienen a mi memoria tres hermanos muy significativos recientemente fallecidos: Diego Luis Justiniano Arquellada -que fue hermano mayor- José López González y Miguel Gil Pachón.    

Y el domingo 10 llegó el día más grande tras la romería, el de la función, lo que los clásicos llamaban la función de iglesia. Ocupó la sagrada cátedra el Excelentísimo y Reverendísimo Señor Don José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla, que estuvo acompañado por numerosos sacerdotes. Y esta ha sido una constante en estos cultos: la presencia de abundante clero, tanto sacerdotes hijos de Dos Hermanas como otros destinados en sus parroquias. En cuanto a la homilía de nuestro prelado, a mí me gustó mucho por lo sencilla que fue, muy asequible para los fieles. A mi parecer se trató en el fondo y en la forma de una llamada a la santidad a la que debe aspirar cualquier cristiano siguiendo a la Santa por antonomasia, la Virgen María. Como siempre la Coral Regina Coeli solemnizó con sus cantos la bella función.

A las 11 del mismo día, tuvo lugar el XLIX Pregón de Valme pronunciado por José Manuel de la Linde Gómez y presentado por Ana Giráldez Romero. La presentadora se ocupó de presentar al pregonero como un valmista que transmite Valme aparte de un buen periodista.

En cuanto al pregón, fue muy sentido desde el punto de vista que el pregonero se ocupó de trasladar sus vivencias y sentidos al oyente. Los más mínimos detalles del día de Valme fueron puestos en el papel y lo mismo habló de lo más sublime que de lo más cotidiano como el alimento. También tuvo un detalle para grandes mujeres relacionadas con Dos Hermanas: una nativa la Madre Trinidad Sánchez Moreno y otra forastera Cecilia Böhl de Faber.         

Muy emotivo -y muestra insigne y clara de este sentimiento que es tan propio de este pregón- es que el pregonero acudió al sagrario dos meses antes del pregón para rezar. El pregonero dice que en Andalucía se reza a través de los sentidos y se puso a disposición de Valme. También tiene una fuerte carga sentimental que dice que la Virgen es antigua y joven que está con los que la preceden y con los que han de venir.

Y, por último, resaltar que dice que los momentos más emotivos para él han sido los de la Coronación.

En fin, si quiero resumir y hablar con toda la sinceridad, diré que ha sido un pregón sobre todo sentido, pleno de sentimientos y vivencias, donde el pregonero muestra su manera de ser. No creo que haya pretendido ser una obra literaria de primera categoría. Ha pretendido algo más grande: ser un canto a la Virgen de Valme.

Y sigo con el quinario, que se celebró del 11 al 15, y que predicó el párroco de San Sebastián don Isacio Siguero Muñoz, canónigo de la S.M.P.I. Catedral de Sevilla de Santa María de la Sede, secretario general y canciller de la archidiócesis y párroco de San Sebastián de Sevilla, cuyo vicario parroquial es el hijo de nuestro pueblo don Eduardo Vega Moreno. Hay que decir que el quinario estuvo hasta los topes, destacando de nuevo la presencia de muchos jóvenes. Isacio -se me va a permitir que le quite el don pues lo conozco desde que era un niño- predicó estupendamente con  facundia y un dominio del verbo impresionante. Sobre todo destaca para mi gusto la predicación del miércoles con un tono eminentemente cristocéntrico.

El viernes, la solemnísima procesión claustral con el Santísimo se vio considerablemente mermada y el Santísimo sólo fue acompañado por cuatro faroles, el cura llevando Jesús Sacramentado sin palio y el clero. 

Particularmente para mí fue algo muy  triste.  

Pero también este año se celebró el quinario matutino con rosario, ejercicio de quinario y misa a las 10.15 horas. Presidió y predicó nuestro párroco don Manuel Sánchez de Heredia. El viernes a las 12.30 horas bailaron los Nazarines como tienen por costumbre delante de la Señora de Dos Hermanas. Cantó el coro de Nuestra Señora de la Compasión.

El sábado, a partir de las nueve de la mañana, tuvo lugar la bulliciosa salutación -lo que otros lugares llaman veneración- mariana hasta las nueve de la noche, finalizando con el rezo del rosario, la sabatina y la salve cantados por el coro. No se besó la reliquia de la talla de la Virgen sino que se hizo una inclinación.

Y llegó el domingo de este Valme atípico. La Virgen fue acompañada de numerosísimo público. Histórica ha sido la visita al Hospital de Valme donde la recibió el personal sanitario  y los enfermos. 

Después se dijo la misa en su Ermita del Real Sitio de Cuarto que presidió y predicó el párroco de Santa María Magdalena don Manuel Sánchez Heredia. En su predicación, don Manuel hizo alusión al camino y también al virus que ha cambiado nuestra vida metiéndose de rondón en nuestra existencia. Para mí que el sermón fue todo un mecanismo de consolación lo cual hace falta en estos tiempos, un mecanismo de consolación impregnado de amor, muy en la línea de sus homilías.

Después, la Virgen en loor de multitud volvió a su ciudad, a su pueblo entrando en su Iglesia Mayor a las 15.10 horas.

Pero me gustaría  decir algo sobre el coro. Primeramente cada vez se consolida más. Aparte de los cultos actuó en un espectáculo en el  teatro donde también bailó boleras Ana Valme Ortega Pruna con algunos bailarines y cantaron sus sobrinas Lola y Rocío Avilés Ortega. Ana Valme bailó de una manera impresionante al igual que cantaron su sobrina.

En cuanto al altar de cultos, todo lo que puedo decir es bueno. El altar era elegantísimo con el templete con el Espíritu Santo, el dosel, la candelería, todo puesto con mucho gusto.

Después, ha estrenado la Virgen para la salutación y romería un manto  de oro y sedas confeccionada sobre una capa pluvial del siglo XIX. La adaptación y confección lo ha realizado Ana María Martínez Montaño. El encaje es reproducción de uno antiguo que conserva el ajuar de la Virgen, realizado en hilo de oro y hojilla por Alfonso Aguilar. Ha lucido la corona de la coronación canónica; la rosa de oro donada por Rafael Oños y Mercedes Gutiérrez; la pulsera de la que fue su camarera Teresa Alonso Rivas; las llaves que en 1964 regaló la familia Aulet y un broche para el cojín de los exvotos en forma de mascarilla en oro de ley donada por el afamado orfebre nazareno Juan Lozano Pérez

Pues bien, con esta apretada crónica, creo haber hecho un recorrido por las fiestas de este brillante a su manera día del Valme en que la Virgen de Valme ha brillado, como siempre, a hombros de sus hijos de “Tu fiel Dos Hermanas que siempre te amó”.

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