Fernando Guerra, jugador y defensor del Powerchair Football

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Fernando Guerra

Tres nazarenos, en el equipo Isbilya PFC de Powerchair Football

El nazareno Fernando Guerra Iglesia es miembro de la directiva -el secretario- y jugador -el portero- del Isbilya Powerchair Fútbol Club (PFC), un club de Powerchair Football.

En total, tres nazarenos (Fernando Guerra, su hermano, Joaquín Guerra, y David Mesa) forman parte de este club cuyo principal objetivo es dar a conocer este deporte: fútbol en sillas de ruedas eléctricas.

Fernando Guerra jugó de pequeño al fútbol. A los cinco años le diagnosticaron una distrofia muscular, una enfermedad degenerativa que le hizo necesitar una silla de ruedas para moverse con tan sólo 12 años. Su hermano, Joaquín, que tiene la misma enfermedad, aguantó hasta los 21 años sin silla.

El Powerchair Football ha sido para ellos un sueño hecho realidad.

«Es un deporte diseñado para personas con gran discapacidad que necesitan la silla eléctrica para su vida diaria. Se trata de practicar un deporte de equipo. No se trata de un deporte adaptado como la Boccia o la Natación», explica Fernando.

El Powerchair Football llegó a España en 2015, según informa Fernando. Él empezó a jugar en un equipo que comenzó en Mairena del Aljarafe.

«Un amigo mío contactó con ellos. Le había llegado por el boca a boca. Comprobé que era de verdad, que no era una broma, y era algo serio. Me apunté para ir a los entrenamientos», cuenta.

Al poco tiempo, junto a su hermano Joaquín y Pepe Riquelme, otros dos jugadores, viendo que en Sevilla capital había un vacío decidieron crear el club Isbilya. «Creamos el equipo a finales de 2016». «Escogimos ese nombre porque es de la época de Al-Andalus», explica.

Desde el primer momento comenzaron a promocionar este deporte. Contactaron con Asense y, a través de aquí, se incorporó el tercer jugador de Dos Hermanas, David Mesa.

Entrenan una vez a la semana en el pabellón de Pino Montano. Una de las cosas de las que se sienten más orgullosos como club es que se autogestionan ellos mismos. «Somos como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Nosotros lo hacemos todo. Nos autogestionamos al 100%. Somos jugadores y directivos», indica.

«Al ser un deporte nuevo no está reconocido en España como modalidad deportiva. Debe jugarse en tres comunidades autónomas que lo reconozcan como deporte y después que se reconozca a nivel nacional», explica Fernando Guerra.

«Aún así nosotros no hemos parado. En 2019 se creó la Asociación Española de Powerchair Football. La integran ocho o nueve asociaciones a nivel nacional, la mayoría de Andalucía y hay alguna en Alicante y en Parla. Creamos la primera liga oficial pero por la pandemia tuvimos que suspenderla. Queremos retomarla en septiembre», afirma.

Fernando Guerra hace un llamamiento a todas las personas, chicos o chicas, de cualquier edad, que deseen acercarse a practicar este deporte. «es un deporte mixto desde su nacimiento», asegura.

«Es una oportunidad que yo a los 15 años no tuve, practicar fútbol en equipo. Somos válidos y estamos integrados en la sociedad. A mí me ha cambiado la vida. Estoy haciendo cosas que no podía hacer. Soy muy futbolero, de hecho, los fundadores éramos todos del Sevilla FC. Esto es lo que yo quería: jugar al fútbol. El Isbilya forma parte de mi vida. La ilusión es muy grande».

Entre los proyectos de futuro figura crear una escuela de Powerchair Football para iniciar a los más pequeños en este deporte.

Teaming

Además, Isbilya tiene en marcha un Teaming para recaudar fondos que les permita sus desplazamientos de cara a la liga que ha comenzado este mes de septiembre –concretamente debutaron el día 25 en Granada- tanto para los entrenamientos como para los partidos que se jugarán por toda la geografía nacional. Con tal sólo un euro al mes se puede colaborar con ellos.

«Nos financiamos a través de una cuota pequeña que pagamos. El club lo componemos ocho jugadores de pleno derecho. Después contamos con socios colaboradores y con un grupo de voluntarios que nos acompañan a modo de asistentes, esto también sirve como respiro familiar para nuestros cuidadores», explica Fernando Guerra.

«También necesitamos patrocinadores», comenta inmersos en plena campaña de captación de socios y patrocinadores que les permitan afrontar con garantías la ilusionante liga que comenzará en septiembre.

«El presupuesto del material suele ser elevado, así como su mantenimiento ya que estos suelen ser costosos, pues las sillas de ruedas específicas para poder competir y no usar nuestras sillas que usamos para nuestra vida diaria rondan los 7.243 euros. Los balones, al ser de unas medidas especiales, tienen un precio de unos 50 euros y deben de renovarse periódicamente pues sufren gran deterioro», apuntan desde el club.

Powerchair Football

Powerchair Football es un deporte de equipo que se rige y respeta las normas del fútbol, en el que dos equipos, de cuatro jugadores cada uno, usan su silla equipada con protecciones metálicas para atacar, defender y golpear una de pelota de fútbol de 330 mm de diámetro, intentando marcar más goles que su adversario.

Es un deporte que se juega en una cancha de baloncesto de tamaño estándar y, en muchos aspectos, es muy similar al fútbol sala. Los partidos se juegan en dos períodos de 20 minutos cada uno.

En este deporte pueden jugar personas de todas las edades que usan sillas de ruedas eléctricas por diferentes causas como: Cuadriplejía, Esclerosis Múltiple, Atrofias Musculares, Distrofias Musculares, Parálisis Cerebral, Traumas craneoencefálicos, Accidentes Cerebro Vasculares, lesiones de la médula espinal y otras discapacidades motrices. Un deporte mixto en el que hombres y mujeres comparten los entrenamientos, partidos y torneos.

La práctica del deporte no solo incide en la salud, el grado de bienestar y el nivel de calidad de vida de las personas con discapacidad, sino que actúa también como un importante factor de cohesión social al favorecer el aprendizaje de valores básicos como el de la solidaridad y deportividad, siempre parte esencial de la educación y del proceso de formación de las personas, de ahí la importancia del apoyo al deporte.

La junta directiva del Isbilya PFC está presidida por Israel Corpas. Fernando Guerra es el secretario, Pep Panea el secretario técnico, Javier Bonilla el entrenador y el tesorero y Joaquín Guerra y David Mesa son vocales.

Las personas que deseen contactar con el club pueden escribir al correo electrónico.

Más información en la web.