Crónica de la Cuaresma y la Semana Santa 2018 (I)

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Semana Santa 2108

El pregón ha sido una obra literaria de altos quilates en sus dos vertientes: prosa y verso

Vuelvo este año con mi habitual crónica sobre Cuaresma y Semana Santa 2108 que espero que cuente con la anuencia y benevolencia de mis lectores. Dos Hermanas ha vivido de nuevo intensamente el tiempo cuaresmal. Y, en primer lugar, me gustaría hablar sobre los cultos de las diversas hermandades. Yo, he procurado ir a todos los posibles. Y digo los posibles porque es imposible estar en todos a la vez. Dos Hermanas se está poniendo como Sevilla con tantas hermandades, agrupaciones y asociaciones y se parece cada vez más a San Fernando que tiene muchísimas cofradías a pesar de no ser capital de provincia. Y no digo Jerez de la Frontera porque ya sería demasiado.

En cuanto a triduos y quinarios, de nuevo se ha impuesto la moda de poner los altares con un solo titular, costumbre que no era la primitiva de Dos Hermanas y tampoco la de Sevilla. Y compruebo que en Sevilla se vuelve poco a poco a poner a todos los titulares o al menos al conjunto formado por el Señor, la Virgen de los Dolores y San Juan –como por ejemplo en las Penas de San Vicente- o la Virgen con San Juan y Santa María Magdalena como en el setenario de la Virgen del Valle mientras que en Dos Hermanas, estoicamente, sólo conservan esta costumbre la Borriquita –con el Cristo, la Virgen de la Estrella y San Juan- y la Amargura que no tiene más remedio que poner a la Virgen con el Cristo. Yo no soy nadie para opinar pero, de todas formas, pienso que están más bellos y elegantes con varios titulares. Si yo mandara en Vera-Cruz fuera de las grandes atribuciones que me da mi cargo de fiscal, es seguro que optaría porque la Virgen del Mayor Dolor se pondría debajo del Cristo en el altar de cultos. Y, en fin, analizaré un poco los altares nazarenos de esta Cuaresma. El de la Borriquita, como siempre, estaba esplendoroso con gran riqueza de cera y menos de flores, muy en consonancia esto último con el tiempo cuaresmal que no pide el uso de las flores. En cuanto al del Gran Poder, destacaba por los numerosos cirios morados. Lejos están los tiempos de experimentos que no hicieron ningún bien a la imagen pública de la cofradía. Los dos del Santo Entierro, también estaban esplendorosos, tanto el de la Virgen para los cultos de la Candelaria como el del Señor para los cuaresmales aunque en este último es cuando más se echa de menos la imagen de la Virgen que, para mi gusto, debería coronar el túmulo del Yacente. Respecto al de Oración en el Huerto también destacaba como grande y bello con numerosos cirios morados. Esto con respecto a los de Santa María Magdalena. Los de los demás templos se veían también muy bellos. En San Sebastián destacaba el gran aparato de cera verde y flores de Vera-Cruz donde se permitieron poner a la Virgen en la Capilla de San Francisco, excelentemente adornada con dos candelabros de cola Lo mismo diríamos del de Pasión, el de la Amargura, el de Presentación al Pueblo, el de la Virgen del Amparo y Esperanza, el de Jesús Humillado, etc. Todos fueron altares tradicionales con gran número de cera y menos flores. A destacar como se han popularizado los ramos troncocónicos, propios de escasas cofradías de Sevilla pero que han entrado fuertemente como moda en Dos Hermanas. De todas formas, algunas cofradías han colocado los más tradicionales redondos. Un solo altar se ha salido de lo tradicional, y es el de Jesús Cautivo que ha colocado al Señor sobre un monte de corcho con flores y con la calavera del Gólgota y rodeado por dos candelabros del paso. Era, cuando menos, raro y la verdad me gusta mejor para el Cautivo la opción tradicional de un tren de velas.
En cuanto a besamanos y besapiés todos han sido muy bellos. Recuerdo, por ejemplo, el magnífico de Jesús de la Pasión, con dos ángeles acompañándolo y que estaba estupendamente colocado. El Cristo, desde luego, ha ganado mucho con las potencias y corona de espinas que tanto luchamos porque se las colocaran. Algo extraño parecía el besapiés del Yacente que tenía detrás un cuadro no por desconocido menos bello: el de la Piedad del despacho parroquial de Santa María Magdalena. También era muy bello, con el plan de altar detrás, el de Jesús Descendido de la Cruz. O el de la Soledad, con la cruz al fondo. O el de Jesús del Gran Poder, llevando el Cristo su magnífica túnica bordada. Mas, en fin, en general no quiero hablar de todos aunque he ido a prácticamente todos ellos. Sólo quiero felicitar a priostes y demás hermanos por la pericia desplegada.

En cuanto al vía-crucis, el tiempo no dejó salir el de la Amargura pero si salieron todos los demás como el de Jesús de las Tres Caídas, el de Pasión –que resultó muy devoto y bello por su ciudad jardín-, el de Presentación al Pueblo y, sobre todo, el grande del Consejo de Hermandades y Cofradías que este año presidió Jesús Humillado que llevaba una impresionante corona de espinas y adornaba sus andas con flores variadas de exquisito gusto. A destacar el cambio de itinerario yendo por la Mina, Purísima Concepción, Real Utrera y Santa Ana. En cuanto a traslados, fueron impresionantes los dos del Gran Poder, acompañado de numeroso público, el de la Oración en el Huerto a su casa de hermandad para la estación penitencial en una noche fría y desapacible y los dos de la Virgen del Carmen –desde el Ave María y San Luis hasta San Sebastián y viceversa-, el segundo rezando el rosario como acto de las Misiones que se celebran en su parroquia. También, como siempre, resultó impresionante ese gran desconocido: el de la Oración en el Huerto a su altar de cultos el miércoles antes del Domingo de Pasión que produce escalofrío a todo el que lo ve tanto por la belleza del Cristo, como por los cantos como por el piadoso ejercicio que se reza. No se pudo realizar el de la Virgen del Amor y Sacrificio a El Tomillar pero la Virgen permaneció en besamanos. Igualmente resultaron muy devotos los traslados al paso de Jesús del Gran Poder y de Jesús Cautivo.

Por último, me gustaría hablar de las imágenes de las Vírgenes que se vistieron de hebreas. Yo he visto a todas muy bellas. Lucían desde las monjiles como la Soledad y el Mayor Dolor hasta las clásicas como la Estrella, la Esperanza, el Amor y Sacrificio, el Amparo, los Dolores, el Amparo y Esperanza, el Mayor Dolor y Traspaso, la Amargura, el Carmen o las Angustias. A destacar para mi gusto la Virgen de los Dolores con las manos excelentemente colocadas llevando la corona de espinas. También se han vestido de morado imágenes como la Virgen del Rosario o la Divina Pastora.

Pero es hora de hablar del pregón y no sé si tendré espacio suficiente para glosar tan bella obra literaria. Sobre todo, tengo que decir, que el autor muestra su pericia al inspirarse para algunos textos en importantes literatos como Blas Otero, Luis Cernuda, Lope de Vega, Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, Juan Ramón Jiménez, Elvira Sastre, Jacobo Cortines o Joaquín Caro Romero o Joaquín Romero Murube, lo que muestra un afán de lograr una obra bien acabada. Pero, sobre todo, quien aletea en el pregón es el mismo el mismo Rafael López Márquez, el mismo Fae de mi catequesis. Las poesías –y ello me ha llamado mucho la atención frente al ripio y la falta de métrica de otros pregones- son impecables y bellas y muestran una madurez impresionante, la de una persona y un literato adulto que sabe escribir. En cuanto a la prosa logra encandilar al que lo oye y lo lee. Todo el pregón está trufado de sus experiencias personales, lo que muestra que el pregón no es sólo un escrito sino que es vida, la Vida del Salvador y de su Madre y, también, la vida de nuestro personaje. Al mismo tiempo, muestra una gran originalidad al no seguir el esquema tradicional del día a día de la Semana Santa ni el de la Pasión de Cristo. Fae va metiendo en su pregón nuestras imágenes procesionales poco a poco, pasito a pasito, a través de esos tres pasos, nunca mejor dicho, que son la Llamada, la Esperanza y la Vida. A mi, ya digo, me llama mucho la atención las constantes llamadas a su experiencia personal, a sus historias relacionadas con nuestras cofradías, a sus amigos de siempre –esa pléyade de monaguillos de Santa María Magdalena, comandados por Sor Paz-. Y habla de nuestras imágenes con sencillez y cercanía, mostrando todo lo que le dicen y pretendiendo que nos digan lo mismo a los demás. Además el pregón tiene su parte de Magisterio, ese Magisterio de la Iglesia, de los Papas del que existen numerosas referencias. Para mi, el resumen de la obra de Fae se encuentra en el texto en que habla de su Cristo Orando en el Huerto como resumen de todas las advocaciones cristíferas nazarenas. Además me agrada mucho el pregón por sus constantes alusiones espacio-temporales de nuestro pueblo, lo que lo ancla todavía más en la realidad de nuestras gentes. Por fin, creo que ha sido un magnífico pregón, una obra literaria de categoría en que no sé si admirar más la parte de prosa o la de verso, o si que lo sé, me quedo con sus poesías pues huyen de lo ramplón y lo fácil y muestran una persona culta, versada y, sobre todo, comprometida con su fe. Este es mi resumen, muy apretado, pero no quería dejarlo para otro día por temor a que se alargaran mis crónicas más de lo necesario. En la próxima semana hablaremos ya de la Semana de Pasión y de los primeros días de Semana Santa.

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