De nuevo a vueltas con la idiosincracia o gran personalidad de Dos Hermanas

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Dos Hermanas

Nuestro pueblo tiene una personalidad propia y que lo distingue de otras comunidades

Hoy no escribiré uno de mis géneros habituales. Ni trataré una crónica, ni una biografía, ni un artículo de religiosidad, ni hablaré sobre comercios ni sobre otros temas que comúnmente analizo. Hoy, hablaré de un tema que ya he tratado, por supuesto, añadiendo lo que pueda novedoso. Me referiré a la idiosincrasia de Dos Hermanas que la hace única.

Pues sí, Dos Hermanas  tiene una gran personalidad. Ha estado marcada económicamente por los almacenes de aceitunas y por la fábrica de yute. Hoy el tejido industrial se ha diversificado sobremanera y la economía de la ciudad se basa en tres pivotes: en el sector primario o agrícola por la feracidad de los campos hoy muy mermados, en el sector secundario o industrial por el conjunto de las numerosas fábricas de todas las variedades y  en el sector terciario o servicios, hoy el más importante, por el numerosísimo comercio y las oficinas de todo tipo. Pocas ciudades pueden presumir de esta abundancia de los tres sectores. 

Otro carácter de Dos Hermanas es su urbanismo. Desgraciadamente el casco antiguo está muy cambiado. Yo pongo siempre por ejemplo la calle del Canónigo. En ella han desaparecido muchas grandes casas que han sido sustituidas por fortuna por bloques de pisos de estilo tradicional. También, se han hecho grandes casas de nuevas familias que han venido a esta llamativa vía. De todas formas también se conservan casas antiguas muy majestuosas como la de las hermanas Rocío y Virtudes Moreno García o la casa de los Moras, ejemplo típico de casa grande nazarena. Otra señal del cambio de caserío por uno tradicional es la calle Rivas donde se alternan casas antiguas con casas modernas, también de estilo tradicional. En esta última vía entre las muchas casas llamativas y bellas que existen se encuentra la de Guillermo López Rodríguez y Pilar Montesinos Cala con zócalos de piedras ostionera como es propia en la Bahía de Cádiz. A su vez, hay que citar los edificios públicos como el luminoso Ayuntamiento y la Plaza de Abastos, obras de Rafael López García y Daniel Conesa López que sustituyeron a dos bellos edificios regionalistas aunque el primero, en parte, imita al antiguo.

Otro rasgo de nuestra personalidad, son las abundantes iglesias. No se trata de templos antiguos –de ellos podíamos citar a Santa María Magdalena, San Sebastián, Santa Ana, la Ermita de Nuestra Señora de Valme en el sitio de Cuarto, la capilla de San Hermenegildo del Colegio de Padres Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, vulgo ‘Los Frailes’ y, como no, las numerosas ermitas de  las haciendas- pero sí son bellos en su mayor parte. Entre ellos está la Capilla neobarroca del Gran Poder, la lujosa y elegante Capilla de la Obra de la Iglesia que custodia la bellísima imagen del Niño Jesús de la Esperanza; las parroquias obra de los arquitectos Daniel Conesa López y Rafael López García como son el Ave María y San Luis, San Juan Pablo II y Nuestra Señora de la Oliva y un largo etcétera de edificios.

A mí, particularmente, no se me parece Dos Hermanas a ninguna otra ciudad. En todo caso –y lo digo porque conozco muy bien Jerez de la Frontera- avenidas como la de España se parecen a las de Jerez de la Frontera. Además, tanto Dos Hermanas como la antedicha ciudad crecen vertiginosamente. Es sumamente llamativo el crecimiento de Entrenúcleos que va a convertir a Dos Hermanas definitivamente en una gran ciudad.

Otra característica de nuestro pueblo es su ciclo festivo. En primer lugar –y no es la fiesta más importante- se encuentra la feria, una de las mejores de la provincia que sustituyó a las fiestas de Santiago y Santa Ana- que quedaron reducidas a la procesión de la Santa y a una velada. También florece en la actualidad una fiesta laica pero enormemente relacionada con lo religioso como es el Carnaval, que cada vez toma más auge.   

Después están las fiestas religiosas como la  Romería de Nuestra Señora de Valme, que es única y sin parangón, la romería del Rocío –fiesta foránea que ha calado muy fuerte en Dos Hermanas-, la procesión de la Virgen del Rosario, la procesión de la Asunción, las Cruces, que es una fiesta que pasa por altos y bajos  pero que cada vez está más consolidada y, sobre todo, lo que creo que es muy propia de Dos Hermanas, la festividad del Corpus Christi ya que sale Jesús Sacramentado –sólo o acompañado por imágenes- en la mayoría de las parroquias de la ciudad. En Sevilla, existen más procesiones eucarísticas que en Dos Hermanas pero, en proporción al número de parroquias y habitantes en Dos Hermanas hay más. Dos Hermanas es, sin duda, una ciudad eucarística. Y otra fiesta muy importante es la Cabalgata de Reyes Magos, con su antesala de carteros reales, heraldos y gran visires y su colofón con las cabalgatas de diversos barrios de la ciudad.

También quiero hablar del mundo de la política. Dos Hermanas ha sido gobernada por la Izquierda desde que entraron los ayuntamientos democráticos. En primer lugar, gobernó el PCE con el alcalde Manuel Benítez Rufo, luego en PSOE durante luengos años con  Francisco Toscano Sánchez y hoy con Francisco Rodríguez García. La ciudad es un feudo del PSOE, posiblemente el más grande y sonado de España. De todas formas, existen como es normal votantes de los partidos de Derecha.

A su vez, quiero tratar del mundo cultural de Dos Hermanas. En el campo educativo la ciudad, por falta de una, tiene dos universidades, la Pablo de Olavide, ubicada mayormente en nuestro término aunque también una pequeña parte se alza en los  términos de Sevilla y Alcalá de Guadaíra, y la Loyola, propiedad esta segunda de la Compañía de Jesús. 

A su vez, Dos Hermanas es un hervidero de escritores, sean historiadores, novelistas, poetas, autores de cuentos, periodistas, etc. Es vertiginoso el número de  títulos nuevos que salen a la luz en un año en nuestro pueblo. Yo, por ejemplo, he escrito historia, cuentos y teatro. No tengo en mi haber ninguna novela. Sin contar artículos, ponencias y comunicaciones de congresos, he dado a la luz a cinco libros y, pronto parece ser que sacaré el sexto. 

Igualmente, voy a hablar del movimiento asociativo con numerosos equipos deportivos, partidos políticos, peñas de diverso  tipo y, como no hermandades existiendo hoy once hermandades de penitencia, cuatro de gloria, una sacramental, cuatro agrupaciones –tres de penitencia y una sacramental- y una asociación. Quizá sea ya hora de convertir las agrupaciones en hermandades. Pero las cosas de palacio- esta vez el arzobispal- andan despacio.  

Por otra parte, otro rasgo muy propio de nuestra idiosincrasia es que los nazarenos somos alegres incluso escandalosos. Una vez el modisto Lucino me hizo esta apreciación sobre los hijos de Dos Hermanas. Y lo cierto es que, si cavilamos y reflexionamos, vemos que es así. Por otra parte, el nazareno es acogedor y trata bien al que viene a vivir entre nosotros. Esta manera de ser de los nazarenos me recuerda a la de la gente de Sanlúcar de Barrameda, los sanluqueños. 

En fin, Dos Hermanas tiene su peculiar idiosincrasia ya sea por su urbanismo, su vida cultural, su ciclo festivo, su tendencia política –con predominio de un partido que lleva muchos años en el poder en el Gobierno municipal- etc.

Dos Hermanas es única y se diferencia totalmente de todos los municipios de la provincia. No creo que le hayan sentado mal sus aires de gran ciudad en lo que se ha convertido con los años aquella antigua aldea, luego villa  y luego floreciente ciudad.

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