Dimitri Sidorov, un ucraniano residente en Dos Hermanas

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Dimitri Sidorov

«Sabemos que Putin nos odia y quiere eliminarnos como pueblo», explica Dimitri Sidorov que hace un llamamiento a los nazarenos para que colaboren

Dimitri Sidorov nació en una ciudad pequeña cerca de la capital de Ucrania, Fastov. Es músico con formación profesional. Terminó el Conservatorio Superior en Kiev en 2003.

Desde 2015 vive en Dos Hermanas junto a su mujer, Gala Melnik, también ucraniana y música.

Actualmente, Dimitri Sidorov es profesor de canto en la Escuela de Música de Marchena y colabora en coros en diferentes parroquias.

Dimitri Sidorov ha iniciado una recogida de medicamentos (paracetamol, ibuprofeno, antibióticos, gasas, vendas, jeringas…), ropa de abrigo (guantes, mantas térmicas, sacos de dormir, camisetas térmicas…), productos de higiene y alimentos no perecederos para paliar las necesidades más acuciantes de sus compatriotas ucranianos que viven en guerra desde la pasada semana.

Dimitri se ha unido a un grupo de ucranianos y están recogiendo ayuda en Sevilla y Huelva para realizar estos envíos. En las próximas semanas, seguirá habiendo más envíos por lo que se pide la colaboración de los nazarenos.

Aunque en Dos Hermanas aún no cuenta con un lugar físico al que llevar las aportaciones, las personas interesadas en colaborar pueden contactar en Sevilla capital con la iglesia situada en la calle Santa Clara 14 y en los teléfonos: 959151124, 672514551 o 617506533.

Su familia y amigos están en Ucrania viviendo las barbaridades de la guerra. Su madre, su tía, el padre y la hermana de su mujer…, están allí.

La situación en su país es muy complicada por lo que anima a la unión para presionar a Rusia para que termine con esta guerra.

Dimitri Sidorov responde a nuestras preguntas:

¿Cuándo y por qué llega a Dos Hermanas?

Llegamos a España en 2005 con la orquesta fundada por mi mujer, Gala  Melnik, que también es ucraniana. Acordeón, batería, saxo y yo cantando y tocando el piano. Veníamos en verano y nos escuchó un sacerdote católico de Gibraleón, Suárez Mora, DEP, y después de cuatro años consecutivos, los adultos decidimos quedarnos en España como músicos.

Al principio fue difícil. Las mujeres trabajaban en una residencia de ancianos y nosotros también. Después nos mudamos a Sevilla para abrir nuevos caminos.

Con los conciertos que hacíamos en verano ayudábamos a niños de Chernobyl. El sacerdote invitaba a los niños de Chernobyl para pasar unos días en la costa de La Antilla.

Nosotros, como músicos tocábamos en fiestas organizadas por él. Y teníamos una estancia de un mes en España. Eran buenos tiempos y lo pasábamos muy bien.

¿A qué se dedica?

Trabajo como profesor de canto en la Escuela de Música de Marchena. En tiempos de pandemia cantábamos en Iglesias, cultos, ceremonias… Y ahora, como empieza otra vez la vida, vamos a tocar a Ferias, clases particulares de música. Mi mujer acordeón y yo canto y piano.

¿Qué vinculación tiene con la ciudad?

En Dos Hermanas vivimos desde el año 2015. Primero vivimos en Fuente del Rey y ya llevamos cinco años viviendo en el barrio del Amparo. Tenemos aquí nuestro piso. Empezamos nuestras amistades a través de la parroquia de La Oliva. Aquí cantábamos. Teníamos coro y con el sacerdote Don Gregorio Sillero, que ahora está en Tomares, empezamos.

¿Tiene familia aquí?

Vivimos aquí mi mujer y yo. Su hijo que está casado con una española, vive en Gibraleón, y tienen un niño. 

¿Cómo está viviendo la situación de su país?

El jueves, mi mujer me despertó diciéndome que había empezado la guerra. Estaba en mi trabajo, metido en mi trabajo y totalmente desconectado. Luego, al volver muy tarde… Pero el viernes y el sábado fue un ‘shock’. Muy mal. Desde el domingo ya hemos movilizado nuestra fuerza empezando a hacer anuncios y llamamientos para que la gente participe recaudando cosas. Sólo el domingo ya traimos dinero desde la iglesia de Tomares donde también cantamos. El mismo lunes, compramos cosas en las farmacias de Dos Hermanas para enviar a nuestro país porque es lo más urgente que se pide.

¿Desde primera hora tenía claro que el presidente ruso iba a comenzar el conflicto?

Sí. Sabemos que nos odia y quiere eliminarnos como pueblo.

¿Tiene familia y amigos en Ucrania?

Mi madre y mi padre están en Ucrania, viven a 60 kilómetros de la capital. También el padre de mi mujer está con su hermana allí. Tengo muchos amigos y familia. No estamos sólo preocupados por la familia si no por todo mi pueblo. Y me duele mucho que estoy aquí y allí la gente está perdiendo la vida. Intento librar mi batalla aquí, recogiendo cosas y enviándolas para allá. Primero pensaba en dinero para enviar al ejército ucraniano pero después han hecho un llamamiento porque lo más necesario son medicamentos y material hospitalario porque no tenían ni agujas, según me dice mi yerno, para hacer operaciones.

¿En qué situación se encuentran?

Gracias a Dios vivos. Con mucho miedo aunque con mucho ánimo de espíritu porque estamos defendiendo nuestra patria, nuestra tierra. No somos invasores. Mirando a su ejército defendiendo. Si lo perdemos, perdemos todos y eso está más claro que el agua. Lo único que cuando caen misiles y cohetes, eso…., se derriba, eso sí es miedo. Se refugian en los sótanos para esconderse de las explosiones. Mi madre ha puesto un colchón, en un sótano, aunque allí hace mucho frío. No olvidemos que es Ucrania y por eso estamos muy preocupados. Todo se rompe, no hay comida, empieza la guerra, barbaridades, pero el ánimo no se pierde. Hay mucha voluntad de luchar y proteger nuestra tierra.

¿Puede hablar con ellos a diario?

Sí, hablo con mi madre cada día, por la mañana, cuando hay hueco por la tarde. Mi mujer también habla con su hermana, con su padre. Gracias a Dios mantenemos las comunicaciones. De momento no ha tocado nada nuestro pero hay aviones, bombardeos, la guerra está allí. Hay peligro por todas partes. Y no sabes por dónde van caer las bombas y los misiles. Si tienen planes de eliminar todo el pueblo.

¿Qué le cuentan?

De mi madre, mucho ánimo, que es un honor mirar a nuestros soldados y a nuestro pueblo defendiendo nuestra tierra. A mí me da tristeza, bueno, esa no es la palabra, me duele ver esas barbaridades pero cuando escucho a mí madre… Ella me dice que no mire tanto la tele. El viernes y el sábado, estaba todo destruido, derribado, y se me rompía el corazón. Quizás también porque yo estoy muy lejos. No es lo mismo lo que me dice mi madre. Ella es todo lo contrario. Me da tanto honor y está muy honrada por nuestros chavales que están luchando y están con la sonrisa y también se dejan la vida, aunque saben por qué.

¿Cómo están viviendo el día a día?

Día a día viven esperando que pronto se termine todo esto. Y sobre todo, que todo el mundo se una. Tienen claro que van a estar luchando hasta la última gota de sangre, hasta que… No se rinden, eso está excluido. Pero esperan ayuda. Porque no es sólo la guerra de Ucrania, es una guerra mundial porque Ucrania es sólo la frente. Es un ataque a toda la globalización, a toda regla que existe en el mundo del buen derecho. Es un ataque contra la humanidad. Por eso esperan que el Mundo se una no sólo ayudando humanitariamente si no levantándose y que no tengan miedo para que no vaya a más grave. Está en Siberia escondido y todo el mundo tiene miedo a que pise el botón rojo y, como la Tierra es tan frágil, explote. Pero todo el mundo se tiene que levantar y saber que no es la guerra de Ucrania es una guerra contra todo el mundo.

¿Donde residen están padeciendo los bombardeos?

De momento, gracias a Dios no. Pero hay aldeas y ciudades cercanas, a 30 kilómetros, donde caen y hay bombardeos. Hoy no ha tocado pero mañana puede tocar. La gente no tiene defensa ninguna. Nadie sabe por dónde va a salir. La columna de 73 kilómetros de Kiev.

¿Les gustaría salir del país?

No podemos hablar por nuestros familiares. Lo único que puedo decir es que las circunstancias no se lo permiten. Mi madre es mayor, tiene su casa, su huerta, ella no puede vivir en un piso, sin su tierra. Es como en Galicia. Es otra vista, otra dimensión. No va a cambiar su tierra por nada. Otra situación, el padre de mi mujer, tiene 83 años, está muy viejecito y ya lo cuida su hermana. El marido de su hermana se ha apuntado al Batallón de Protección Civil que tiene sus obligaciones. Casi estoy seguro que no pueden. Si les gustaría… no le puedo decir. Seguro que a mí madre no le gustaría.

¿Tiene algún familiar o amigo en el frente?

El yerno de mi mujer está en el Ejército para interceptar comunicaciones.

¿En qué medida está afectando esta guerra a la población civil?

No le importan nada a Putin los civiles. Es un peligro. Aunque el pueblo es muy solidario, nadie descansa, todo el mundo está trabajando para que el soldado tenga la comida en el frente. Incluso las abuelas cosiendo. Todo el mundo haciendo algo para protegerse.

¿Cuáles son sus principales necesidades en estos momentos?

Mis intenciones eran ayudar al ejército ucraniano. Enviar a la cuenta bancaria ayuda. Pero han subrayado que lo primero que necesitan son medicamentos y material hospitalario.

Ha solicitado ayuda a los nazarenos para su país, ¿Cómo se puede colaborar?

Los nazarenos ya están participando. La Hermandad del Cautivo y Esperanza, una furgoneta y un coche grande llenos de medicamentos y ropa y otras muchas cosas para Ucrania. También ha participado la Oliva y la parroquia de San José de Las Infantas. Tres parroquias en Dos Hermanas. Luego en Marchena, Paradas, San José de la Rinconada, Tomares… Toda la gente que me rodea está participando. En el barrio del Amparo, nuestros conocidos, también han hecho una aportación muy grande con la que hemos comprado en la farmacia. Un señor nos va a regalar un palé de picos, el pan es tan necesario, para los soldados. Hay necesidad, hambre. Otra señora que tiene una empresa también va a colaborar…

¿Piensa que la guerra se prolongará?

No tengo ni idea. Yo espero, estamos rezando a Dios para que no se prolongue pero nadie sabe eso. Es una pregunta que no puede responder nadie.

¿Por qué Rusia quiere invadir Ucrania?

Porque no quiere tener a su lado a un vecino fuerte, libre y que tiene su política y va a su rumbo. Quiere tener sus fronteras como antes y tener un país neutral y flaco.

¿Cómo cree que va a terminar todo?

Va a ganar Ucrania, eso está claro. Conseguir eso con las menores pérdidas posibles. Eso es difícil. Gracias a nuestros hermanos que enseñan tanta solidaridad en todo el mundo. Y si uno se cae y se suben eso se consigue más pronto y ganamos tantas vidas. Lo más importante es no callar y subir a todo el mundo contra este psicópata como me dijo una persona el Día de Andalucía, mejor palabra no encuentro para aplicar a este tipo. No quiero pronunciar ni su nombre ni apellidos. 

¿Cree que las medidas tomadas a nivel internacional doblegarán al gobierno ruso?

Son muy buenas medidas. Desconectar del sistema bancario es un punto muy fuerte. Si conseguimos que entre Ucrania a la Unión Europea está casi la mitad del camino hecho pero no hay que pararse. No hay que rendirse. Hay que unir todas las fuerzas para conseguir todo el poder que tiene todo el mundo para ser más estrictos todavía y para que estar aislado de todo el mundo es lo único que puede parar a este monstruo yo creo. No hay que rendirse, no hay que pararse, eso es lo más importantes. Las medidas que se están tomando son muy buenas y nuestro presidente lo dice. Pero lo importante es no parar y seguir apretando más.

A nivel de población, ¿cuál es la relación entre rusos y ucranianos?

No hay ninguna relación. Ya no hay relación ninguna.

Dimitri Sidorov está volcado en reunir la mayor ayuda posible para enviar a su país y reza para que la guerra termine cuanto antes.

Movilización de la ciudadanía y colectivos

Las personas que deseen colaborar con el pueblo ucraniano también puede acercar sus donaciones al centro Educademia ubicado en la Avenida Ramón y Cajal s/n, junto al Estadio Miguel Román. 

Por su parte, la ONG Nazarena para la Esperanza (C/ La Hacendita 34) está recogiendo donaciones económicas que también se pueden ingresar en la cuenta corriente: 2721 0026 7939 0210056925  de La Caixa. La ONG reenviará los ingresos recibidos a través de organizaciones religiosas en el país, con las que está garantizada la llegada, según indican.

Los centros educativos de la ciudad también ha hecho un llamamiento a la comunidad educativa para que acerquen toda la ayuda que puedan a los centros: Valme Coronada, Maestro José Varela, Maestro Enrique Díaz Ferreras, San Fernando, Vicente Alexander, La Motilla, Federico García Lorca, 19 de Abril, Maestra Dolores Velasco y Guardería Mi cole.

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