El Bar Amable: un clásico entre los clásicos de los bares nazarenos

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Bar Amable

Abre sus puertas en la calle Santa María Magdalena, conocida por los clásicos como de la Marea

Hoy viene a nuestras páginas uno de los bares más tradicionales, clásicos y hasta antiguo del Centro de Dos Hermanas, del Pueblo como lo llaman los habitantes de muchos barrios. Se trata del Bar Amable, abierto el 6 de junio de 1966, festividad, por cierto, del Corpus Christi. Lo abrió Amable Ballesteros Delgado, natural de San Salvador de Palazuelo, perteneciente al municipio de Cernadilla, en la comarca de Carballeda y en el partido judicial de La Puebla de Sanabria. Antes de hablar propiamente del bar, nos interesa un poco la historia de su dueño, uno de los muchos zamoranos que se estableció en Dos Hermanas durante los siglos XIX y XX. Nuestro protagonista que había nacido el 23 de marzo de 1924 vino a nuestro pueblo a los trece años a la Torre de Doña María, la popular Dehesa, a trabajar en el campo aunque en verano retornaba a su pueblo. En la finca de la tan recordada y querida Concha Ybarra Ybarra trabajó los primeros tiempos, pasando luego a sembrar pimientos y tomates en un terreno que arrendó en la Huerta de Juan Antonio, propiedad de la familia Gómez, de los ‘Turris’, que también, por cierto, fueron dueños de un popular bar de la Plaza de Menéndez y Pelayo, la que hoy los modernos llaman Plazoleta de Valme y los castizos seguimos llamando la Plazoleta.

Después, nuestro personaje cambió radicalmente de tercio y empezó a trabajar de pescadero en la plaza de abastos y puso una freiduría en la calle Reposo. También trabajó con Joaquín ‘El de Coria’ descargando mercancías y después se fue al bar la Estrella, que se abría y abre  frente a la tienda de los Moras de la plaza de abastos. Allí trabajó con el conocido José María Ballesteros Sotillo, persona muy devota y querida en Dos Hermanas y que estuvo vinculadísima a Santa María Magdalena donde asentaba las partidas sacramentales y que era natural de San Justo de Sanabria, en la Sanabria zamorana en el ya mencionado partido judicial  de La Puebla de Sanabria. Como vemos, dos zamoranos trabajando en la hostelería en nuestro pueblo. Después del bar La Estrella abrieron el bar Esperanza en el mirador de la hacienda del Lanero, hoy de nuevo abierto con su antiguo nombre y remozado con lo que se ha recuperado otro bar mítico de Dos Hermanas. En el antiguo bar Esperanza trabajó también Rafael Ruiz Perdigones, uno de los componentes de Los del Río.

Ya en 1966 Amable abre su bar propio al que le da su nombre. El local era propiedad de la viuda de Juan José Terrero. En el siglo XIX el bar abría sus puertas como la posada de Jesús del Gran Poder, lo que recuerda un retablo cerámico del portentoso Jesús del Gran Poder sevillano, devoción insigne de la ciudad y obra del imaginero Juan de Mesa y que tanta devoción ha tenido en nuestro pueblo, hasta el punto de dar lugar en 1899 a una nueva hermandad nazarena que llevaba y lleva su título. Pero, siguiendo con nuestra historia, hay que decir que luego se abrió un bar propiedad de la familia Terrero, la taberna de Terrero, que regentaron Manuel Terrero y su hijo Juan José. Luego lo regentaron Luis Alcántara, Manuel Jiménez Cruz, conocido por ‘Félix’ y Juan Avecilla. Luego se abrió nuestro local el cual luego adquirió la familia de Amable.

Si hablamos algunas palabras de la familia de Amable diremos que era hijo de Julián Ballesteros Ballesteros y Elvira Delgado Gómez, ambos natural de San Salvador de Palazuelo y que casó con la nazarena Antonia de Dios Martín, de la gente de los ‘Caques’ como hija de Juan de Dios Monge, ‘El Caque’, natural también de nuestro pueblo, y Carmen Martín González, nacida en la villa sevillana de El Coronil. Una tía de Antonia, Concha la del Caque estaba casada con el capataz de la Dehesa de Doña María y allí se conoció el futuro matrimonio. Éste tuvo dos hijos, ambos vinculados al bar donde han seguido trabajando. Uno era Juan Luis, nacido el 12 de marzo de 1959 y que  falleció muy joven, casado con la nazarena Dolores Reina Bando, de la familia Reina dueños de La Redondilla, matrimonio que tuvo una hija María. El otro Julián, casado con María del Carmen Rivero Gallego, natural de la villa sevillana Guadalcanal  y que tiene solamente un hijo, Julián, aunque tuvo otra fallecida de párvula de nombre María del Carmen.  Hoy Julián Ballesteros de Dios sigue regentando el viejo bar familia siendo tanto él como el local toda una institución en el mundo de la hostelería nazarena, tan complejo y versátil como corresponde a una gran ciudad como la nuestra.

Hablando ya del bar hay que decir que está especializado tanto en desayunos como en tapas. En desayuno, y puede parecer una gran lista para abrir el hambre, se encuentran tostadas con jamón de york, morcón, mantequilla con salchichón, mantequilla con jamón, manteca colorada con mechada, aceite y jamón, aceite y queso, etc. etc. Toda una larga lista.

En cuanto a las tapas, la especialidad de toda la vida era la carne con tomate, Pero también se ofrece tortilla de jamón, calamares a la riojana, lengua en salsa, hígado en salsa, lomo mechado, ensaladilla, jamón, queso, caña de lomo, etc. Todo, como podemos ver, muy de la tierra, tapas de toda la vida de las que nos deleitan y han deleitado a nuestros padres durante generaciones.

Entre los clientes del bar destacan y mucho los comerciantes de la zona, gremio muy cualificado, sobre todo por alzarse el bar en una de las zonas comerciales más importantes de la ciudad con la calle San Sebastián, el viejo Ejido Chico o calle de Pachico. Pues bien, la calle Santa María Magdalena, esa calle Marea de nuestros mayores donde  se abre el bar Amable, siempre ha sido calle de comercios. Y frecuentaban el bar comerciantes de tejidos como Agustín Llacer, el estepeño José María Fernández, el egabrense Francisco Muriel, el nazareno Eugenio Morillas Ferrer de Couto…También iba mucho un alcalde de la villa ya desaparecido el abogado don Antonio Muñoz Rivero. Igualmente ha sido lugar de reunión de gentes de cofradías como los capataces sevillanos Salvador Dorado ‘El Penitente’ o Antonio Santiago y de todos y todos esos cofrades nazarenos que constituyen el espinazo de nuestras cofradías. De hecho, el local se adorna con numerosas imágenes como la Virgen de Valme, Santa Ana, la Virgen del Rocío, la Virgen de la Estrella y aparecen en él estampas que dejan los clientes.

Actualmente el bar tiene el horario de 7.40 a 16 h. y de 18.45 a 23 h., cerrando para un merecido descanso los miércoles y los domingos por la tarde. El bar tiene un gran ambiente tanto en verano como en invierno.

También nos gustaría citar que el local conserva todavía el techo de bovedillas y que es extremadamente típico y limpio. Un cuadro muy interesante también decora el local: es obra del pintor nazareno José Romero, que por sus ideas políticas vivió en el exilio y que estaba casado con la conocida artista uruguaya Irma Rodríguez-Luis García, uno de los referentes culturales más importantes en la Dos Hermanas del siglo XX y XXI. En el bar tienen en gran aprecio este pequeño cuadro del artista nazareno de tan feliz memoria.

Y vamos a ir acabando. Sólo nos gustaría citar que su dueño, Julián, Juli para los que tenemos su edad vive en gran parte para el local, aunque sus aficiones en el tiempo libre que tiene, que sospechamos que no es mucho, son el cine, el fútbol y la natación. Pero, de todas formas, dedica mucho tiempo a este verdadero santuario de la cocina nazarena. Y terminamos diciendo que es uno de los bares más antiguos propiedad de la misma familia y en el mismo lugar. Es, por tanto, uno de los decanos de la hostelería nazarena y esperemos que por mucho tiempo lo siga siendo y este pueblo lo disfrute.

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