Isabel Román Trujillo, un personaje entrañable de Dos Hermanas

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Isabel Román

Nuestra biografiada ha sido y es una gran y conocida peluquera de nuestra localidad

En este artículo, voy a referirme a un conocido personaje de nuestra ciudad, Isabel Román Trujillo, más conocida como Isabelita “La Peluquera”. Nace nuestra protagonista el dieciséis de enero de 1946, hija de José Román Caro, nazareno, y de Mercedes Trujillo Moreno, hija de la villa de El Saucejo, localidad de la que muchos de sus vecinos vinieron a Dos Hermanas. Nuestra biografiada tenía una sola hermana, María. Su padre fue primeramente carpintero, aunque, después, montó un negocio que vendía joyas a los joyeros. Su madre era aceitunera y trabajaba en el almacén de la familia Lissen. Posteriormente, el matrimonio vendía joyas a los joyeros y, luego, la vendían ellos directamente en localidades como las ciudades de Lora del Río y Constantina.

Estudió nuestra protagonista en el popular Colegio de la Sagrada Familia, de las Hijas de la Caridad, fundadas, como es sabido, por San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac y que tanto ascendiente han tenido y tienen en nuestro pueblo. Isabelita recuerda entre las hermanas a la popular Sor Presentación y a Sor María del Rosario. Luego estudió en la academia de la insigne maestra doña Dolores Velasco, conocida como doña Lola. Y, por último, y ello es enormemente importante, estudió peluquería en la academia de este oficio de Pedro Cerezuela que se situaba en la calle Cuna, en el centro de Sevilla. Igualmente, es notable que desempeñó su oficio durante, aproximadamente, cuarenta y cinco años. Hay que decir que,  por supuestísimo, la peluquería ha sido toda su vida y, en ella empezó, muy joven. De la misma manera hay que decir que cosió en casa de Mariquita “La Colorá”, en mi calle de San Alberto.

Casó Isabel en la Parroquia Mayor y Más Antigua de Santa María Magdalena con Rodrigo López Díaz, de oficio carnicero, cuya  carnicería se abría en la calle Nuestra Señora de Valme, vulgo Real Sevilla o, simplemente, Real. Luego, su esposo, poseyó una fábrica de productos cárnicos. Su marido era hijo del nazareno Rodrigo López Cárdenas, de oficio transportista, y de la, de la misma manera, nazarena Regla Díaz Gómez, hermana de la popular Mariquita Díaz Gómez, uno de los personajes más piadosos y entrañables que han vivido en Dos Hermanas, de Josefita y de Rocío, casada con el capataz de la alcalareña hacienda de Maestre Carretillas –propiedad de la antigua y nobilísima familia sevillana de los Maestres- Juan Rodríguez Alfaro.

El matrimonio de nuestra biografiada, ha tenido tres hijos: Rodrigo, que es farmacéutico en la pedanía jerezana de El Torno y está casado con la nazarena Ana Viñuelas Ariza, y que tiene un hijo también llamado Rodrigo;  María Isabel, maestra en el colegio nazareno Valme Coronada,  y que ha matrimoniado con Rafael Álvarez Diz, natural de la bella ciudad serrana de Constantina, que son padres de dos hijos, Ángel y María, y, una última hija, Mercedes, que permanece soltera, que es traductora y que trabaja en una empresa de carpas de Miguel Gómez, hijo de Joselito Gómez, conocido por “El del Vino”, cuya casa se levanta entre las calles Lope de Vega y San Alberto.

Entrando ya en su trabajo de peluquera, hay que decir que Isabelita presume de haber tenido una clientela buenísima –de lo que puedo dar fe- compuesta por gente de todas las clases sociales de nuestra floreciente, acogedora y cosmopolita ciudad. Cómo muchas peluqueras –o también muchos taxistas- ella hacía una labor de confesora –salvando las distancias con el sacramento de la penitencia- y psicóloga. 

Hablando de los peinados que hacía, tengo que anotar que peinaba a muchas mujeres con moños. Ella recuerda, especialmente, cómo arreglaba a sus clientas para los cotillones de Nochevieja y Año Nuevo, las cuales, en muchas ocasiones, peinaba hasta poco antes de irse a los citados festejos. Del mismo modo, ha arreglado a muchas novias para bodas, también una de sus especialidades. Por otro lado, en su negocio han  trabajado otras peluqueras entre las que recuerda a Encarni, Rocío y Belén. 

Igualmente hay que contar que, para perfeccionar su oficio, ha asistido a cursos de peluquería con el famoso peluquero Llongueras en la hermosa ciudad de Barcelona, capital de su condado y de Cataluña,  y a otros en la también bonita Villa y Corte de Madrid.

Entre las devociones de nuestra protagonista, campo en el que siempre nos gusta indagar a no ser que sean personas manifiestamente agnósticas o ateas, nuestra biografiada es devota de la Virgen de Valme, de la del Rocío de Almonte y de la de Regla de Chipiona, lugar donde suele veranear. Ella siempre ha ido al Rocío Grande, a la romería del Rocío, con su vecino Juan Tristán y la ya nombrada tía de su esposo, Mariquita Díaz Gómez. Así mismo, ha asistido durante muchos años a la peregrinación de mujeres a la Ermita de la Blanca Paloma, que organiza nuestra Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, de Dos Hermanas. No cabe duda de que Isabelita es muy devota de la celestial protectora de Dos Hermanas, de la celestial patrona de Almonte, y de la celestial patrona de Chipiona, devociones que comparte con muchos, con muchísimos nazarenos. Curiosa y significativamente no es amante de ninguna imagen de Cristo en especial, es decir, le tiene amor a Cristo como Segunda Persona de la Santísima Trinidad y Verbo Encarnado, y no a ninguna de sus efigies particulares.

Pero, cabe también preguntarse, cuáles son sus aficiones. Desde luego, lo es leer pero también lo es escribir. Entre sus autoras preferidas, se encuentran la popular Corín Tellado y las también grandes Julia Navarro y María Dueñas. Y es curioso que no cita ningún autor. De todos modos, ella, fundamentalmente ha trabajado en su bonito oficio y se ha ocupado de su casa. Mas, de la misma manera, le gusta el cine y entre los juegos de mesa le agrada mucho el parchís, que jugaba con sus amigas una vez en semana. En el mundo de la moda, entre sus diseñadores, preferidos se encuentra Emidio Tucci.

En cuanto a lo que piensa de su pueblo y el nuestro, Dos Hermanas, es que le gusta mucho, siendo su monumento preferido la Parroquia de Santa María Magdalena. Del mismo modo le agrada mucho el monumento de nuestra protectora, la Virgen de Valme, la cual Señora, se asienta en una majestuosa columna en la Plaza de Menéndez y Pelayo, vulgo Plazoleta.

Es muy importante decir, igualmente, que Isabelita posee dos muy interesantes diplomas, uno es de la Agrupación Literaria María Muñoz Crespillo que se lo entregaron en  sus VIII Jornadas Culturales ‘De la mano de la poesía hacia la igualdad’. El otro es de las mujeres empresarias que le rindieron un merecido homenaje en reconocimiento a su labor profesional y aportación al sector empresarial. Se lo entregaron el 7 de marzo del 2012. Las entidades que participaron en la entrega de este premio fueron nuestro Excelentísimo Ayuntamiento y, más concretamente, su Concejalía de Igualdad y Educación, la ya citada supra Agrupación Literaria María Muñoz Crespillo y el Programa Conciliam.

Y debo ir acabando, este, para mí y para muchos, entrañable artículo sobre una persona conocidísima en nuestra querida Dos Hermanas. Me resta decir que ha desempeñado un trabajo fundamental, muy querido y apreciado por muchas personas, sobre todo del bello sexo, aunque también los hombres solemos reconocerle su mérito a nuestros barberos o peluqueras. Así mismo, hay que añadir que llama la atención lo formada en su oficio que se encuentra Isabelita. Por otro lado, es notorio como nuestro personaje es aficionada a la lectura, pero, más aún, que le gusta el dificilísimo arte de la escritura, en la que también ha hecho sus incursiones aunque, lamentablemente, no ha publicado nada. De la misma manera, me llama la atención su piedad mariocéntrica, que para nada afecta a su piedad cristocéntrica, y que se asienta sobre sus tres grandes amores: la Protectora de los nazarenos, la Patrona de los almonteños, y la Patrona de los chipioneros. Pues bien, ya para acabar definitivamente, Isabelita es una gran nazarena, que honra a nuestro pueblo, al que quiere muchísimo. Es pues, una auténtica, peculiar y significativa hija de la, por tantos conceptos, importante ciudad de Gonzalo, Elvira y Estefanía Nazareno. Vale.

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