Juan José Domínguez González, un erudito y cofrade nazareno

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Juan José Domínguez

Su gran amor fue su hermandad de la Oración en el Huerto a la que entregó sus afanes

Recientemente, ha desaparecido un conocido cofrade nazareno que también fue un estudioso de los temas de Historia de nuestro pueblo. Se  trata de Juan José Domínguez González.

Nació nuestro personaje el 11 de junio de 1951 en Dos Hermanas. Sus padres fueron Juan Domínguez Haro y Francisca González Varela, ambos nazarenos.

El padre, José Domínguez Haro, poseía un almacén de aceitunas en la Avenida de los Pirralos con su  primo José Domínguez. 

Juan José estudió en el Colegio de San Hermenegildo, vulgo “Los Frailes”, que regentan los  Padres Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores. Puede verse que estaba presente, ya en su vida académica, la devoción a la Virgen de los Dolores.

Luego, estudió en la Escuela de Comercio y se hizo perito mercantil. A continuación aprobó las oposiciones del Banco Exterior, siendo el director más joven de la entidad.

Casó con Pepi Muñino Cardona, natural de Dos Hermanas,  teniendo del matrimonio dos hijos: Juan José, que estudió Relaciones Laborales y hoy es profesor de Inglés en una academia privada, y Javier, que estudió Bellas Artes y es profesor de universidad, concretamente en el Departamento de Estética de la Escuela de Magisterio.

Juan José tuvo dos hermanas Paqui, que es administrativa de la Junta y que estuvo casada con Francisco Ruiz Rodríguez, Paco El Tiso. Tiene dos hijos, Antonio José –casado con Pilar Peinado y padres de Alberto y Ana- y Jaime, novio de Marina Portillo. 

La otra hermana es Chari casada con Fernando Rivera Cárdenas, profesor de la Facultad de Filología de Córdoba. Tienen una hija María Dolores, casada con Raúl.

Entre las aficiones de Juan José destaca y con mucho la hermandad de la Oración en el Huerto. En palabras de su hijo Juan José, era su vida.

Igualmente, le gustaba mucho el cine en general y, particularmente el español. Era un empedernido cinéfilo. A su vez era muy semanasantero, destacando el amor a su hermandad. También entendía mucho del protocolo de las cofradías.

Hay que anotar, a su vez, que fue un gran estudioso de la historia de las hermandades y de otros temas. Escribió seis libros: ‘Biografía, Radiografía y Patología de una ilustre nazarena: Doña Aceituna’; ‘Oración hace trescientos años’; ‘Biografía de Manuel Benítez Rufo’; ‘El barrio de la Carretera’; ‘Los hechos de Getsemaní’ y ‘La Oración en el Huerto’. Tengo que decir que la biografía de Manuel Benítez Rufo la escribió con la historiadora, prematuramente desaparecida, María José Cardona Peraza. 

Por último, citaré que fue uno de los autores del libro Geografía, Arte e Historia de Dos Hermanas, libro que coordinaron la citada María José Cardona Peraza y nuestra bibliotecaria María del Carmen Gómez Valera. En él, colaboraron Luisa Álvarez Guerrero, Asunción Bocanega Romero, la citada María José Cardona Peraza, Carmen Claro Salguero, Ana Fernández Castillo, Antonio Jesús Jiménez García, Ana María López Alonso, Rocío López Chacón, Pedro Maya Álvarez, Inmaculada Morales Cordero, María Isabel Navarro Puerto, Ana María Varela Díaz y el autor de estas líneas. El equipo de  redacción estaba formado por nuestro biografiado, María José Cardona Peraza, María del Carmen Gómez Valera y Pedro Maya Álvarez. La composición y portada la hicieron nuestro protagonista y María José Cardona Peraza.

Todos sus libros han sido muy leídos,  siendo, sobre  todo el de Don Manuel Benítez Rufo, una referencia ineludible en la historiografía sobre Dos Hermanas.

En su vida de hermandad, hay que decir que fue hermano mayor de su cofradía de la Oración en el Huerto, corporación que lo nombró hermano honorario. También fue hermano honorario de las cofradías de la Oración en el Huerto de Valdepeñas y Zaragoza. Por otro lado, fue costalero en su hermandad.

A su vez, donó numerosos  rosarios para la colección de ellos que posee la Oración en el Huerto. Entre sus mayores logros y éxitos, se encuentra la fundación de la Confraternidad Getsemaní de tan fructífera vida y que tantos  trabajos y tantas alegrías ha dado a Juan José.

Otra anécdota muy significativa es que le entregaron unas llaves del huerto de Getsemaní que él regaló a la hermandad. Él estaba muy unido a los Franciscanos, custodios de Tierra Santa, y organizó muchos viajes a los Santos Lugares.

Otros datos de su biografía, es que fue pregonero de Semana Santa en 1985. A su vez en la Cabalgata de Reyes del año 1982 desempeñó el cargo de Rey Melchor. También hay que apuntar que la Universidad de Cambridge lo nombró persona destacada en el siglo XX por su contribución como escritor en lengua española.  

Igualmente, publicó on line el Aula de Cultura con unidades didáctica sobre Arte, Divulgación y Hermandades. Hay que decir que era de una periodicidad quincenal. De la misma manera pronunció muchas conferencias por toda España.

En cuanto a su relación con su pueblo, le gustaba mucho y era un enamorado de él y de sus personas. En la época en que escribió el libro sobre Benítez Rufo, estuvo más involucrado en la vida del pueblo. Sí es cierto que añoraba mucho la Dos Hermanas de su juventud.

Entre sus amistades, más conspicuas estaba el comerciante y capataz de pasos Curro Díaz Vicario, el recientemente desaparecido cofrade de la Oración en el Huerto Guillermo Ojeda Arahal, de Álvaro Pareja Rivas –Alvarito- y de Manuel y Juan Bando Reina. Como puede verse el selecto elenco de cofrades de la Oración en el Huerto.

Fue Juan José Domínguez un hombre afable, amigable y sociable. Desde mi punto de vista, tenía una personalidad optimista y alegre. Yo, que en algunas cuestiones de la historia de la Oración en Huerto discrepaba de él, siempre tuve en él, no obstante, un gran amigo y un gran admirador. Valoraba mucho mis artículos sobre la hermandad, que son muchísimos, incluida una comunicación de congreso sobre la Virgen de los Dolores y otra sobre la Virgen del Rosario. De la misma manera, agradeció mucho mis gestiones para comprar en Olivares a la Hermandad de la Soledad el palio de la Virgen de los Dolores en su Soledad. Yo a él le tengo agradecimiento por lo bien que me trató siempre.

En fin, es, sin duda, Juan José Domínguez uno de los más destacados cofrades nazarenos del siglo XX y XXI. Aunque no era historiador de oficio se entregó al estudio de nuestra historia –tan rica y aún tan desconocida- con todo su esfuerzo y sus anhelos. Ya se ha visto que no sólo estudió a las cofradías sino que, también, trató otros temas como la aceituna y Manuel Benítez Rufo. Hay que decir que escribió mucho en la Revista de Fiestas, esa obra magna a la que se entrega todos los años Dos Hermanas y en la que escriben muchos colaboradores.

Y quiero terminar con una petición. Igual que pedí una calle para Alvarito, la pido para Juan José Domínguez González, escritor prolífico y erudito de la Historia. Ya está en marcha la petición formal. Lo cierto es que ha dejado una huella difícil de llenar, sobre todo, en su hermandad de la Oración en el Huerto y es merecedor al menos de una distinción.

Y acabo. Sólo me queda decir que descanse en paz con ese Jesús de Getsemaní que tanto quiso y con María bajo sus advocaciones del Rosario y los Dolores.

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