La Romería de Valme de Dos Hermanas y otras romerías de España

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Romería
Virgen del Castañar.

Nuestra fiesta es una de las más importantes de España en su género

Todavía impactado por la solemne función, presidida por nuestro arzobispo don Juan José Asenjo Pelegrina, y por el bello pregón, pronunciado por el párroco de nuestra Parroquia Mayor y Más Antigua de Santa María Magdalena don Manuel Sánchez de Heredia, acontecimientos de los que hablaré al escribir la crónica de esta gran fiesta que es la Romería de Nuestra Señora de Valme, sin duda la mayor de Dos Hermanas, voy a dar a la luz un pequeño trabajo comparativo de nuestra Romería con otras de panorama nacional. En efecto, he estudiado diversas a lo largo de mi vida de historiador y singularmente, las dos consideradas más importantes: la de Nuestra Señora del Rocío de la villa de Almonte y la de Nuestra Señora de la Cabeza de la ciudad de Andújar.

La primera, se encuentra consolidada como la gran Romería de España y supera nuestras fronteras, viniendo gentes de todos los continentes existiendo incluso recibida como filial una hermandad en Bruselas y saliendo una imagen de la Virgen en París de la Capilla de Nuestra Señora de la Compasión. Nuestro pueblo tiene una hermandad supracomunal de Nuestra Señora del Rocío, fundada el año de 1933 -tiene el puesto 17 entre las filiales- por varias familias entre las que destacan los Caro, los de Dios y los Jiménez. La Virgen se entiende que es imagen de origen alfonsí, relacionada con el rey Alfonso X el Sabio aunque se documenta, más bien, en tiempos de Alfonso XI, el Onceno, biznieto de El Sabio, en que se habla, en su Libro de Montería, de 1340 de buen sitio para cazar los alrededores de la ermita de Santa María de las Rocinas, nombre primitivo de la imagen. Antes, en el mismo reinado (1312-1350), en 1335, las autoridades de Sevilla y Niebla se reunieron para asuntos de los llamados amojonamientos entre ambas ciudades del Cazadero Real del Grullo y, en este reparto, ya se nombran la ermita de la Virgen y otra cercana llamada de Santa Olalla.

Está en pie la leyenda, defendida por los manriqueños, de que la Virgen la encontró un cazador de Mures, actual Villamanrique de la Condesa, de nombre Gregorio o Goro Medina.

La romería tenía lugar antes el 17 de septiembre, día que se festejaba la Natividad de Nuestra Señora, que hoy se celebra el 8 del mismo mes. Hoy se festeja por Pentecostés siendo el domingo dedicado al Espíritu Santo, el lunes a la Virgen -día en que sale en triunfal y emocionante procesión- y el martes a San José, el cuál parece ser que antes salía en procesión con su Esposa. Lo cierto es que en tiempos pasados los tres eran días de precepto.

Hay que decir que, antes, cuando se celebraba la romería de Nuestra Señora de Consolación de Utrera asistía la cofradía de Dos Hermanas con el puesto 19. Dicha romería fue suspendida por Carlos III en 1770 debido a los ‘abusos’ que se cometían aunque la devoción ha seguido en Dos Hermanas hasta nuestros días.

Otra gran romería, que he estudiado también, es la de Nuestra Señora de la Cabeza de la ciudad de Andújar. En un tiempo, contó con más filiales que el Rocío y aún hoy tiene un número muy importante. Yo he trabajado la primera filial, la de la villa granadina de Colomera, el pueblo del pastor, el que encontró la Virgen, de nombre Juan Alonso de Ribas. Así lo llama Bartolomé Pérez Guzmán, copiando a Manuel Salcedo Olid. La encontró en la concavidad de dos peñas “que servían de Tabernáculo a una devota Imagen de María Santísima, que como Zarza incombustible, despedía aquellos, tan deleitables, claros, y ardientes resplandores”. Particularmente, y ya lo escribí en su momento, me llama la atención que se compara a María con la Zarza ardiendo. La representación de esta planta en llamas -que fue imagen de Yahvé, del Dios judío, en el Antiguo Testamento y, más concretamente, en el libro del Éxodo, cuando la divinidad en el Sinaí se presenta a Moisés bajo esta forma, que desde entonces se incorpora a la tradición hebrea y, luego, a la cristiana-, se traslada ahora a la Virgen María. Hay que señalar que, mientras la figura del pastor es reconocida en la tradición de la Cabeza, en cambio, la del cazador, no es reconocida por muchos en la del Rocío. Por tanto, se trata de dos personajes similares y, a la vez, antagónicos.

La fiesta de Nuestra Señora de la Cabeza, tiene lugar el último domingo del mes de abril y es una celebración fascinante. He asistido a ella solamente una vez -aunque he visto a la Virgen procesionar por Andújar- y he tenido el honor de cargar a la imagen y es impresionante y muy distinta a la romería del Rocío y a la de Valme. Precioso es el tremolar de banderas y, muy interesante, que los romeros y romeras acudan con los trajes típicos de innumerables pueblos andaluces y manchegos. También es muy llamativo que los frailes trinitarios descalzos -hijos de San Juan de Mata, San Félix de Valois y el reformador San Juan Bautista de la Concepción- suban a los niños a las andas. La fiesta suele coincidir con la función principal de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de nuestra ciudad.

Pero hay otras muchas romerías. Sin irnos más lejos existen otras dos en Dos Hermanas. Por un lado la de la Virgen de los Ángeles de cuyo culto cuida una junta romera. La primitiva patrona del despoblado de Quinto era la Virgen de Gracia. Hoy la Virgen con el primer nombre es titular con San José de Calasanz de la Parroquia de Montequinto. Su romería se celebra en mayo y es una fiesta más del riquísimo panorama festivo ‘quinteño’ -un nuevo neologismo- y, por extensión, nazareno.

La otra romería que se celebra en Dos Hermanas es la de San Isidro Labrador en la cual los palaciegos, hijos de la vecina villa de Los Palacios y Villafranca traen a La Corchuela a la imagen del santo madrileño, en una manifestación de colorido también difícilmente olvidable.

Grandes romerías son también la de Torrijos, que se celebra el segundo domingo de octubre, en la cual se lleva a la Virgen de la Estrella de Valencina de la Concepción a la hacienda de Torrijos, donde se venera una devota imagen de Jesús Atado a la Columna, y la de la Virgen de Cuatrovitas de Bollullos de la Mitación, en la que a la imagen de ese título se la vuelve a su ermita desde la Parroquia de San Martín de Tours, de la dicha villa, a la que ha sido llevada el 25 de julio, día de Santiago Apóstol, patrón de España. Destacan mucho las carretas de esta romería totalmente distintas a las de Valme pero no cabe duda que muy bellas. Y es costumbre, entre muchos nazarenos, el acudir a Cuatrovitas, como si fuera una prolongación del Valme.

Por último y, dejándome muchas atrás, quiero mencionar la romería de la Pastora de Cantillana y la fiesta de la Subida de la Asunción de la misma villa que se celebra por dentro del casco urbano. En la primera, se lleva el simpecado -y cada cuatro años la Virgen- a la Ermita de la Divina Pastora en la aldea del mismo nombre, conocida como los Pajares y se llevan algunas carretas parecidas a las del Valme. La Virgen ese día es expuesta en besamanos. En cuanto a la Subida, acaba con el resplandeciente acto de la Asunción de María a su trono. Mas quiero nombrar una romería de fuera de Andalucía. Entre las que he asistido se encuentra el día de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, la de la Virgen del Castañar, patrona de Béjar y su comarca que en unas sencillas andas, pero lujosamente ataviada, se asoma desde un mirador cercano a su santuario que domina la dicha ciudad que se extiende bajo sus pies. Es muy grande la vinculación de mi familia y de muchos nazarenos con esta advocación pues hay que recordar que en Dos Hermanas viven muchos naturales de Béjar y de los pueblos de su comarca -La Calzada de Béjar, Puerto de Béjar, Santibáñez de Béjar-. En mi caso, mi tío Santiago García-Miña Ramos fue abad, es decir, lo que aquí equivale a hermano mayor, de la cofradía de la Virgen y yo soy cofrade.

Pero ya debo llegar al caso del Valme. Nuestra Romería es única y, a la vez, similar. En devoción es similar a las otras, sólo que aquí representa a una gran ciudad, con esencia de pueblo y a la vez cosmopolita como es Dos Hermanas, donde conviven personas de muchas procedencias. En cuanto a los elementos que nos singularizan no son precisamente los caballos, aunque aquí se monte mejor que en muchos sitios. Sí lo son, y mucho, las carretas y galeras, que le dan un punto único a nuestra fiesta. Con respecto a la imagen es única y, a la vez, tiene un parecido con todas las del ciclo fernandino como la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla, y otras cuantas. Ahora bien, lo que más nos hace distintos es que el culto y la veneración que dispensamos a la Señora de Cuarto marca indeleblemente nuestro pueblo, hasta unas alturas difícilmente concebibles haciéndonos vivir varios meses preparando con impaciencia su Romería.

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