Loor a la Virgen de Valme en el cincuentenario de su coronación canónica

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Virgen de Valme
Fotografía: Juanma Rodríguez.

La Santa Misión con la imagen de la Virgen a la Zona Sur ha sido muy fructífera y emotiva

He preferido que pasen algunos días de la Santa Misión con la Virgen de Valme, que ha abarcado las feligresías de Santa María Magdalena, el Divino Salvador y el Ave María y San Luis para hablar de estas intensas jornadas. Asentados así, tenemos más elementos de juicio para hablar de estos históricos momentos que ha vivido nuestra ciudad y que continuarán, si Dios quiere, en el año próximo.

Hay que decir, que la hermandad de Valme ha apostado, en este primer período, por una misión en dos parroquias del extrarradio aunque, también, la Virgen ha permanecido en la Capilla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder que pertenece a la feligresía de Santa María Magdalena.

Empezó la misión el jueves 17 de noviembre. Tras la misa de 8, que predicó don Manuel Sánchez de Heredia, la Virgen salió hacia la capilla de esa gran devoción de Dos Hermanas que es Jesús del Gran Poder. En el camino paró en la capilla de nuestra patrona Señora Santa Ana. Se enfrentaron así la Madre y la Hija, independientemente que nuestra patrona es una Santa Ana Triplex con la Santa, la Virgen y el Niño.

Mucho público contempló el  traslado. Al llegar al Gran Poder tuvo lugar un acto de recibimiento y una vigilia de oración.

En recuerdo de esta instancia, la hermandad de nuestra protectora regaló al Señor unos gemelos con la invocación ‘Valme Señora’ mientras que, la cofradía anfitriona, le entregó a la de la Virgen un tríptico con imágenes de Valme y el Gran Poder pintado por Francisco Santiago y un texto que conmemora la Santa Misión.

El viernes 18 de noviembre se abrió la capilla del Gran Poder a las 8.30 horas para que fuera venerada la Virgen. Durante la mañana hubo diversos actos. A las 18 horas se celebró la Santa Misa, terminada la cual se inició el  traslado de la imagen a la Parroquia del Divino Salvador, visitando uno de los barrios de la parroquia, el del Chaparral.

Un gran número de personas acompañó las andas de la Virgen abriendo el cortejo una sección de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme y cerrándola el coro de la hermandad de nuestra protectora.

El Chaparral apareció engalanado para recibir a la Virgen y en el barrio cantó el coro La Familia.

En la Parroquia del Divino Salvador, que aparecía, muy oportunamente, engalanada con  ruedas de carretas, recibió a la Virgen nuestro arzobispo el Excelentísimo Señor don José Ángel Saiz Meneses acompañado del párroco don Francisco José López Martínez. Nuestro prelado hizo un bello fervorín sobre la Virgen, con un aire de optimismo que contagió a los presentes. 

Ya, en este segundo día, se volcó la feligresía del Divino Salvador con Nuestra Señora, muy especialmente el barrio del Chaparral. Esto sería el anticipo de lo que pasaría el día siguiente.

El tercer día de la Santa Misión fue el sábado 13 de noviembre. A las 11 fue el acto de consagración de las numerosas parroquias del arciprestazgo de Dos Hermanas a la Virgen. A las 12 fue la misa de los niños. A las 18.30 tuvo lugar el rezo del Santo Rosario seguido de la celebración de la misa por parte del párroco. A su fin, a las 19.45, se inició el traslado a la Capilla de Nuestra Señora de la Amargura. Durante el  trayecto se rezó la felicitación sabatina propia de la Virgen de Valme. Este día fue uno de los más lucidos de la santa misión. Destacó el recibimiento de Ibarburu y la Costa del Sol.  Y ha sido muy comentado el recibimiento de la Peña Carnavalesca Ibarburu donde le escribieron unas bellas sevillanas. Este momento, por la  galanura de la recepción y la cantidad de público, ha sido considerado, dejando aparte las  Eucaristías, uno de los momentos claves de la Santa Misión del que ha hablado toda Dos Hermanas.                       

Y llegó la Virgen a la plaza de Nuestra Señora de la Amargura, que se adornaba con cuatro carretas  en el centro y en los balcones lucían los faldones de algunas galeras. Y es importante reseñar que la hermandad anfitriona descubrió una placa conmemorativa de la visita. 

Y es muy significativo, por lo que tiene nuestra religión sacratísima de folklore y lo que tiene nuestro folklore de religión pues ésta lo impregna en gran parte, que la capilla permaneció abierta toda la noche con turnos de vela –tan nazarenos- y los cantos de artistas en concreto de Soniquete, Jaime Stévez, El Carri, Manolo Delgado y Antonio Delgado Cuajares y Rocío y Lola Avilés. Fue un homenaje de los artistas a nuestra Virgen. 

El domingo, a las 9.30, se rezaron los laudes, seguidos de ofrendas y acto organizado por el grupo joven a las 11 horas. A las 12 tuvo lugar una misa en la plaza. Presidió don Francisco José López Martínez, como se ha dicho párroco del Divino Salvador, y don Manuel Sánchez de Heredia, párroco de la Mayor de Santa María Magdalena. Ambos son avezados predicadores y el primero cantó espléndidamente a la Virgen María.

A las 17.45 se rezó el Santo Rosario y a  partir de las 18.30 se inició el  traslado a la Capilla de San Sebastián de la hermandad de Vera-Cruz. Fue un traslado multitudinario y destacó sobre todo la vieja calle del Rey, la calle Santa Elvira por el recibimiento que hizo a la Madre de los nazarenos. A su llegada hubo un acto de recibimiento y tuvo lugar otro acto que también ha sido muy destacado: los pregoneros de Valme, hermanos de Vera-Cruz, leyeron parte de sus pregones. 

El lunes 21 de noviembre, permaneció la Virgen en la capilla de nuestro supuesto patrón, San Sebastián. Se abrió la ermita a las 10, a las 12 se rezó el ángelus y a las 19.30 se rezó el Santo Rosario al que siguió la misa, que celebró el párroco del Ave María y San Luis don Francisco Javier Aranda Palma. Al  término de la Eucaristía se trasladó la Virgen a Santa María Magdalena, rápidamente por temor a la lluvia.

Y así acabó esta  Santa Misión. Es notorio que durante los días de ésta se pudieron ganar las indulgencias del Año Jubilar en los templos donde se encontrara la efigie, cumpliendo las condiciones requeridas por la Iglesia, o sea confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre (Credo, Padre Nuestro e invocación a la Santísima Virgen y Santa María Magdalena). 

Mas desearía dar algunos detalles más de la Santa Misión:

En primer lugar, que la Virgen vestía el manto azul oscuro bordado en oro, con la que está singularmente bonita. Es muy notable que los fieles prefieren a la Virgen con uno u otro manto. Los hay que les gusta más con los mantos oscuros y los hay que les gusta más con los mantos claros. Yo, particularmente, tengo de siempre un manto preferido, el rosa bordado en lises, castillos y leones lo que no quiere decir que no me agraden las otras prendas del ajuar de la Virgen que crece   a un ritmo muy rápido por las muchas donaciones que se hacen a la Señora.

También me gustaría citar que el Excelentísimo Ayuntamiento ha acompañado a la Virgen. El alcalde don Francisco Rodríguez García y una representación de la Corporación fue con la Virgen a la Parroquia del Divino Salvador. Además visitó la Capilla de Nuestra Señora de la Amargura y la Capilla de San Sebastián durante la estancia en ellas de la Virgen.

Por último, hay que decir que el pueblo se volcó en la misión teniendo en cuenta que Dos Hermanas es una ciudad muy grande y donde conviven muchas ideologías. Por ejemplo la Iglesia Evangélica de Filadelfia está implantada muy fuertemente entre el colectivo gitano, lo que explica la ausencia –muy lógica por otra parte- de los gitanos en la Santa Misión.

Y así acabo. Dos Hermanas espera ahora la visita de la Virgen a Montequinto. Pero no puedo adelantar acontecimientos.