Maribel Medina, 36 años como maestra en el CEIP Valme Coronada

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Maribel Medina
Imagen de Isabel Medina cuando llegó al colegio en 1984 junto con una fotografía actual. "El estrés me afectó mucho y me he arrugado. Pero no me importa mucho. La arruga es bella !! Jajajaja", indica Maribel Medina.

Catorce promociones de nazarenos han comenzado su etapa educativa en este colegio de manos de Maribel Medina que les ha inculcado «la alegría de vivir»

Maribel Medina Jara nació en Algodonales (Cádiz), Vino a vivir a Dos Hermanas en 1978, antes de terminar la carrera. 

«Iba y venía en Los Amarillos a la Escuela de Magisterio de Sevilla e hice las prácticas de Maestra ya en el colegio Valme Coronada, al que siempre quise volver cuando obtuviera una plaza definitiva», explica.

Cuando salieron a concurso plazas de Educación Infantil, aunque estudió por Matemáticas, se formó en la especialidad para optar a una de ellas. Después de pasar como provisional por varios colegios de esta Dos Hermanas, en septiembre de 1984 llegó al colegio Valme Coronada para ocupar como propietaria definitiva una plaza fija de Infantil. 

«Tan fija que allí permanecí durante 32 cursos hasta que tres años antes de jubilarme solicito ser la profesora de Apoyo», indica. 

Desde noviembre de 2019 está jubilada, algo que le permite «disfrutar más y organizar mi tiempo», indica Maribel Medina. 

«Ahora puedo asistir a Gimnasia de Adultos y jugar al tenis con luz del sol en la pista, ir al médico con mi madre sin prisas por volver al cole, leer tranquilamente a horas que no me quedo dormida, hacer manualidades de punto y costura, ayudar a quien lo necesita (vecinas, amigas y mayores), aclarar dudas escolares a mi nieto, meterme en la cocina aprovechando los productos de la parcela sin obligación de guisar para el día siguiente…», comenta.

«Porque cuando estás en activo, queda poco tiempo para tí. Las horas de trabajo no son únicamente las que vas al cole. Incluso en vacaciones estás siempre en alerta. Vigilante y atenta por si encuentras algo interesante para asombrar a tus alumnos/as y que les pueda servir para conseguir los objetivos del próximo trimestre», indica Maribel Medina.

Maribel Medina responde a nuestras preguntas:

¿Cuándo decide ser maestra y por qué?

Desde pequeña siempre decía que de mayor sería maestra, peluquera o carnicera. Cuando llegó el momento de elegir varias amigas decidimos hacer Magisterio y alquilamos piso en Sevilla para estudiar juntas. Pude hacerlo, gracias a una Beca y a mis padres que no me retiraron de los estudios para trabajar durante el curso porque querían algo mejor para sus hijos/as.

¿Cuál ha sido su trayectoria profesional? 

Mientras hacía la carrera daba clases particulares y en los veranos trabajé en varios hoteles de camarera de limpieza de habitaciones para ganar el dinero que completaba la Beca que me permitía seguir estudiando fuera del domicilio familiar. 

En esta época limpié tantos cristales y baños que desarrollé músculos y fuerzas en mis brazos para luego jugar al tenis que es una de mis actividades favoritas. 

Por buenas notas salí de Acceso Directo y no tuve que hacer Oposiciones. Mi primer puesto fue en Gilena y pronto cogí plaza en Dos Hermanas, donde también trabajaba mi marido en la fábrica de Cerámicas Bellavista.

Siempre he sido únicamente tutora. No he ocupado ningún cargo en Equipos Directivos, aunque cuando comencé en los colegios a los que llegaba, por ser la más joven, me tocaba ocupar el cargo de Secretaria.

Ha sido profesora en el CEIP Valme Coronada más de 35 años, ¿cómo ha vivido esa etapa?

Cuando llegué me llamaban Maribelina, para diferenciarme de otra Maribel, que se trasladó pronto, pero dejó muy buena huella. La plantilla estaba formada por una mayoría de profes definitivos que mantenían un ambiente constante y muy familiar. Como teníamos clases por la mañana y por la tarde compartíamos mucho tiempo y a veces organizábamos comidas y otras actividades en las que todos participábamos.

Jamás se me pasó por la cabeza concursar para cambiar de centro. Cuando llevas tantos años, te sientes como en casa. A la hora del recreo, regaba el patio para que no levantaran tanto polvo los niños jugando con la arena y el albero. Este le sentaba fatal a mis cuerdas vocales …

En 1998, creo, algunos profesores de 6º, 7º y 8º (la segunda etapa) pasan al Instituto. Otros piden traslado, algunos/as mueren, otros se van jubilando… y yo me quedo siendo la más antigua en el cole, aunque no la más vieja. 

No me sentía ni vieja ni antigua porque siempre me apuntaba a los cursillos que ofrecía el CEP de Alcalá para estar actualizada y que mi trabajo no me resultara rutinario. Trabajaba de forma divertida y variada. Mi marido y amigos solían decir «y además le pagan…».

A pesar de todo, como trabajas con niños, te cansas del ruido constante, de la atención que cada uno te reclama, de repetir lo que hay que hacer… y llegas a casa pidiendo a tus hijos un ratito de silencio antes de continuar con las tareas familiares y del hogar. 

En estos 35 años he conocido a cuatro directores: Paco, Pedro, Mauricio y Lidia, varios Jefes de Estudios, muchísimos profesores y a los padres y madres de esos niños y niñas que me transmitían la ilusión, alegría y entusiasmo propias de esa edad.

¿Cuántos alumnos han podido pasar por sus manos?

Catorce promociones han empezado la Educación Infantil conmigo. Con la frase: «La lástima lastima» iniciábamos la conversación con las mamás para que no le transmitiesen tristeza ni pena al dejarlos en el cole por la mañana. La confianza de dejarlos en buenas manos hacía más llevadera la separación, aunque alguno se resistía y lloraba un poquito. 

Al principio estaban dos años conmigo (4 y 5 años) y más tarde tres cursos (3, 4 y 5 años) tiempo suficiente para conseguir amistad con algunos padres y madres que todavía conservo. Puede suponer unos 350 alumnos propios y casi otro tanto de los cursos paralelos con los que compartíamos excursiones, fiestas, recreos, talleres, etc.

Además, durante los tres últimos años que soy la profesora de Apoyo paso por todos los cursos y aulas del colegio para sustituir las ausencias y apoyar a los niños que más atención necesitan. 

Antes de jubilarme termino conociendo a todo el alumnado del centro y a muchos profesionales de los que aprendo bastante. Experiencia que me resulta muy interesante e invitaría a pasar por ella a todo el que tenga oportunidad de poder realizar.

¿Cómo ha sido la evolución de la enseñanza en Dos Hermanas en estos más de 35 años de profesión?

Todo va cambiando y en la enseñanza, aunque a pasos lentos, también se dan cambios: los espacios, los contenidos, los materiales … y, sobretodo, en las personas que participan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, fruto de las circunstancias y necesidades de cada momento. 

En Educación Infantil, por ejemplo, antes no se daban clases de inglés y actualmente se inicia este idioma. En el aula de mis comienzos únicamente había folios, lápices de colores, témpera y plastilina. Y con esto podíamos trabajar lo básico y fundamental que poco ha cambiado: compartir tiempo y espacio para aprender a convivir. 

Ahora se dispone de mucha variedad de materiales y recursos para poder investigar y experimentar. Hay más participación de otros elementos externos que nos pueden ayudar en la enseñanza: padres-madres, monitores, especialistas, programas del Ayuntamiento, Internet…

Pero pienso que no hay que utilizar todos los recursos a la vez porque se pueden estresar tanto el alumnado como el profesorado y no obtener los resultados deseados. No por mucho madrugar, amanece más temprano.

Antes, lo que dice el maestro va a misa y vuelve. Y era en el cole donde se aprendía casi todo. En la actualidad, aunque no siempre es así, nos llegan los niños con unos conocimientos básicos de la guardería y en la clase se pueden compartir y ampliar mientras aprendemos a expresarnos y relacionarnos con respeto y cariño, libremente pero teniendo en cuenta a los demás.

¿Cómo ha cambiado el papel del profesor?

El papel del profesor no ha cambiado, sólo le han añadido más tareas burocráticas a lo que ya venía haciendo. Es el responsable de programar, organizar y evaluar en todo su proceso las tareas educativas para conseguir el desarrollo integral del alumnado. No me gusta decir que es uno más, que es un amigo de sus alumnos … no le quitemos su autoridad y responsabilidad. Tiene que descubrir las fortalezas de cada uno, para reforzar y desarrollar buenas personas que colaboren en el bien común de nuestra sociedad. 

Antes el profesor organizaba más actividades dirigidas a desarrollar memoria y con lenguaje escrito. Ahora se trabaja mucho más la expresión oral y la creatividad. El mundo está en cambio constante y hay que desarrollar la imaginación para buscar soluciones con los elementos de que dispongamos en cada situación problemática que se nos presente.

¿Y el del alumnado?

Antes el alumno tenía un papel pasivo: recibir los conocimientos que transmitía el profesor. A veces incluso en un lenguaje que no entendía. Ahora puede participar de una forma más activa en su proceso de aprendizaje. Hay más comunicación entre sus iguales y la relación con el adulto puede resultar más productiva y placentera, según el grado de confianza que haya en el ambiente. Se pueden sentir más queridos, útiles y escuchados con alguno de sus profesores. ¿Quien no tiene el recuerdo de uno que le reconoció lo que hacía muy bien? Pero todos los extremos pueden resultar peligrosos y lo que no se usa se atrofia. Por eso yo les aconsejaría seguir manteniendo algunos ejercicios de memoria, razonamiento, observación y atención, orientación y todo lo que le pueda servir en la vida en caso de que fallen las nuevas tecnologías. Todo es posible….

¿Alguna anécdota o anécdotas que recuerde especialmente?

En todos estos años hemos tenido experiencias de todo tipo con los niños de infantil. Son geniales y lo hemos pasado de maravilla. Siempre se me viene a la memoria esta: 

Como yo era muy maniática del orden, antes de salir al recreo me gustaba dejar la clase totalmente recogida por si al volver cambiábamos de actividad. Había observado que un niño se había dedicado a lanzar al aire cada cera de colores que había usado en lugar de colocar en la bandeja de su equipo. Cuando todos iban saliendo, a éste le digo que saldrá cuando recoja todos los colores que estaban por el suelo de la clase. En un principio no quiere hacerlo, pero le insisto y le digo que los recogemos entre los dos antes de irnos al patio. Yo hacía lo menos posible para que fuese él quien actuara. Se agacha por fin y empieza a recoger y no puedo olvidar su carita mirando hacia arriba y con su lenguaje de tres añitos decir: «¡seño!, ¿tú clees que yo soy una aspiladola?». 

Me dio mucha risa, pero manteniendo la calma le dije : «tú los has tirado, tú los recoges». Es uno de esos alumnos que siempre recuerdas porque me sorprendió más de una vez por sus respuestas. 

Con otro niño, me pasó que pronunciaba muy bien y tenía una «j» muy exagerada: Hoy es «jueves», voy a comer arroz con «almejas» y luego nos vamos todos «juntos» a «jugar» al parque. 

Le digo: «oye, ¿tu familia es de Jaén?». A lo que me contesta: «Nooo, del Betis!».

¿Es difícil hoy en día impartir educación y valores a los niños?

Impartir educación creo que no es difícil. Cuando hablas con los alumnos todos entienden fácilmente lo que es ser una persona educada. Lo difícil es mantener la atención y no distraerse con tantos estímulos que tienen hoy en día a su alcance. Distinguiendo lo urgente de lo importante y valorando lo fundamental podemos elegir responder adecuadamente para sentirnos mejor acorde con nuestra escala de valores y no reaccionar de forma impulsiva.

Por todo esto, me parece muy interesante implementar la inteligencia emocional en el trabajo diario y dar recursos a los niños para poder gestionar sus emociones y reconocer en los demás.

¿Cuál era su objetivo principal en sus clases?

Trabajar de forma divertida y variada, jugando. Pero el objetivo principal no es que el alumno se divierta, es que aprenda lo que necesita. 

Les decía que lo más importante era la cabeza y el corazón. Pensar y actuar para sentirnos bien. No me gustaba perder el tiempo y procuraba retirar lo que pudiera distraerles cuando me tocaba explicar algo. «Cuando alguien habla le escuchamos con respeto y atención».  A todos les gustaba también ser escuchados cuando ellos hablaban.

Procuraba mantener motivados y enseñarles para qué servía lo que iba a mostrar y podrían poner en práctica luego.

Había un tiempo de trabajo dirigido dónde había que atender y un tiempo libre en que se podía elegir qué hacer, sin molestar a los demás. 

Y sobre todo mantener un ambiente tranquilo y ordenado para poder encontrar siempre lo que buscamos. Cuando terminamos de jugar, ponemos en su lugar.

¿Cómo las organizaba?

Me gustaba sorprenderlos. El factor sorpresa tiene siempre efectos positivos. Encontraban algún elemento nuevo cuando llegaban del recreo, o hacía cambios en los rincones de la clase o en la distribución de los espacios… Aprovechando las profesiones y el tiempo libre de padres y madres, buscaba la forma de que participaran en el proyecto que trabajábamos. Invitamos a los abuelos para aprender de sus experiencias, etc.

Todos conocían la organización del tiempo y del espacio de la clase para poder aprovechar los materiales y recursos de que disponíamos.

Además, en el aula siempre estaba presente el tablero y las piezas del ajedrez. Los iniciaba en este juego que les hace pensar, actuar y aceptar consecuencias. Como la vida misma, la clase es una mini sociedad donde hacemos prácticas y vamos aprendiendo.

¿Cómo le gusta que le recuerden sus alumnos?

Me encanta encontrarme con ellos y que me saluden con el mismo cariño que cuando eran niños. Les miro a los ojos (es lo que menos cambia) y nos vienen a la memoria los días más divertidos y emocionantes…

Espero que la huella que les haya dejado sea agradable y no imborrable, por si no les gusta, puedan borrar. Que recuerden que todo lo que hacía era pensando en lo mejor para ellos, aunque a veces no era lo que esperaban o necesitaban en ese momento. 

Seguramente habría algunos días menos bonitos. Somos humanos y también cometemos errores. Que los olviden. Prefiero que recuerden lo que transmitía casi todos los días: la alegría de vivir.

A la entrada agradecíamos la clase tan bonita que teníamos, con el sol que entraba a través de las cortinas, tantos juguetes y amigos y lo bien que lo pasamos en nuestro cole. Yo también aprendí mucho de ellos. Es de bien nacidos ser agradecidos

Bajo su punto de vista, ¿cuáles deben ser los pilares de la enseñanza?

Creo que lo fundamental debería ir dirigido a educar para convivir. Por lo que necesitamos: ser, hacer y tener.

Ser buenas personas. Aprender a hablar y escuchar (expresión y comprensión oral y escrita. Autoestima, empatía, respeto, inteligencia emocional (sentimientos y emociones)

Hacer lo posible para mejorar y ayudar a los demás. Buenas relaciones sin miedo ni violencia. Aplicar lo aprendido para resolver problemas de forma eficaz y Justa.

Tener todo lo que necesitamos para el cuidado del cuerpo, mente y medioambiente. Economía sólida para conseguir los recursos necesarios. Alimentación correcta y ejercicio físico. Cuidado del planeta. Queremos tener sin ser ni hacer… y así no funciona. 

Para obtener resultados hay que poner esfuerzo y acción dirigidos a los objetivos que queremos conseguir.

¿Qué debería ofrecer hoy el colegio al alumnado?

El niño aprende lo que ve, no lo que oye. Y en el Valme Coronada lo que se ha hecho es ofrecer ejemplos de lo que queremos conseguir. Trabajando lo siguiente: Inteligencia Emocional, Comunicación con Respeto, Motivación, Trabajo en Equipo, Participación de toda la Comunidad Educativa, Ambientes tranquilos y pacíficos, Espacios abiertos, Biblioteca Activa, Potenciar los talentos, Aumentar la Autoestima, Reconocimiento al Esfuerzo y la Constancia para conseguir lo que nos proponemos, Actividades que repercutan en el barrio y Solidaridad y ayuda. Y seguramente harán mucho más que yo no conozco.

La pandemia le ha cogido ya jubilada, ¿cómo cree que se ha adaptado la comunidad educativa a las exigencias del COVID?

Con mucha imaginación y creatividad. Han tenido que actualizarse rápidamente a las Nuevas Tecnologías para telecomunicarse. 

Mi reconocimiento a padres y maestros/as por su esfuerzo para atender a los niños en esta situación novedosa y tan difícil. Y los niños también han tenido que adaptarse y superar pruebas difíciles. Son los mejores.

Si pudiera volver atrás, ¿se habría decantado por otra profesión?

Si volvemos atrás en el tiempo, seguramente tomaría las mismas decisiones. Mis pensamientos me llevarían a las mismas acciones. Ahora, con las circunstancias actuales, ¿elegiría la misma profesión? Esta respuesta no la tengo clara.

El CEIP Valme Coronada cumple 50 años, durante su etapa en el centro ¿cómo ha evolucionado?

Al principio sólo entraban en el colegio alumnado y profesorado. Los padres no participaban apenas. Después a través del Consejo Escolar y AMPA iban entrando en algunas ocasiones puntuales, por ejemplo el Día de Andalucía, Fiesta de Fin de Curso… y poco a poco entraban para colaborar y ayudar en determinadas actividades con los niños y niñas de Educación Infantil. Todo esto ocurría en horario lectivo. 

Más tarde, el colegio se ha ido abriendo a otras empresas particulares para aprovechar el espacio en horario de tarde con actividades extraescolares y deportivas. 

Al irse al Instituto la segunda etapa, quedaron aulas libres y se pudo distribuir el espacio para las aulas específicas de Inglés, Laboratorio, Música, Salón de psicomotricidad, Educación Especial …. Y por último, con una pequeña reforma se amplía el comedor escolar. 

No solo ha cambiado la utilización de los espacios. Durante este tiempo ha ido evolucionando en la metodología de trabajo. El profesorado va conociendo otras formas y nuevas prácticas que llevan a la realidad de su aula y van cambiando según los resultados que obtienen. 

Llega el ajedrez al cole y no se queda en E. I. que es donde se instala. Se van añadiendo cursos que quieren también practicar este juego. 

Se van mejorando los materiales deportivos a través de proyectos que presentan las especialistas en Educación Física. 

Al aumentar el número de alumnos con necesidades especiales, hay que adaptar los espacios con rampas y otros materiales específicos…. 

Y ahora está equipado con materiales digitales que supongo siempre hace falta renovar y actualizar.

¿Va a participar en las actividades que se están organizando para conmemorar la efemérides?

Por supuesto. Ya lo estoy haciendo y me he ofrecido para ayudar en lo que yo pueda.

Por último, ¿cómo ha vivido la transformación de Dos Hermanas como ciudad?

Dos Hermanas, desde que yo llegué, ha crecido mucho en todos los aspectos: transportes urbanos, Metro, Centros de Salud, Centros Deportivos, Centros Sociales, Centros Escolares, Equipo Psicopedagogico, Plaza de Abastos con aparcamiento, Teatro, parques … Y yo me alegro mucho y aprovecho todos los servicios que me ofrece.

Maribel Medina participará activamente en la conmemoración del 50 aniversario del CEIP Valme Coronada que ya se está preparando.

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