Francisco Benito: de víctima de maltrato y homofobia a licenciado y escritor

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Francisco Benito

El nazareno Francisco Benito ha publicado su autobiografía y está en la Biblioteca

Nazareno por los cuatro costados, de padre, madre y abuelos de Dos Hermanas, Francisco Benito Rubio tiene una vida para narrar… Tal y como nos cuenta, su infancia y adolescencia están marcadas por malos tratos físicos, psicológicos, abusos sexuales, machismo… por parte de su familia y entorno. La homofobia de las décadas de 70, 80 y 90, según nos dice, marcan su trayectoria; tanto es así que estuvo en Unidades de Salud Mental, Centros penitenciarios y emigró a países europeos como Francia, Bélgica, Holanda, Alemania,…

Francisco Benito sufrió rupturas traumáticas sentimentales y fallecimientos de amigos, parejas y familiares.

Sin embargo, ha logrado resurgir y finalizó el Grado de Pedagogía en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla (2015-2019). Además, ha publicado tres libros. El primero, vio la luz en 2009 «La Libertad Construida» y es coautor; le siguió otro como coautor de un «Taller de Arteterapia», impartido por Pilar Domínguez Toscano. El último, su autobiografía más completa, «Paquito», que acaba de incorporarse a los fondos de las Bibliotecas Municipales.

Francisco Benito, en primera persona, nos habla de los vaivenes de su vida y de su faceta como escritor.

¿Por qué decide escribir tu autobiografía, titulada «Paquito»?

El motivo de publicar mi autobiografía es principalmente, porque mi historia tiene bastantes ámbitos que abordar, tanto personales, grupales y sociales, psicológicos, educacionales, familiares y amistosos como del terreno amoroso, además de otros asuntos de interés social. Puede ser un ejemplo y como una resiliencia, para que a personas del colectivo LGBTI y heterosexuales de hoy en día, les pueda servir de ayuda, de mano solidaria y de libertad de expresión de nuestros derechos como ciudadanos libres de elegir nuestra sexualidad y a quién amar.

¿Qué has querido plasmar en tu libro?

He querido plasmar en mi obra, ese sufrimiento, esa pena, ese lamento y toda la verdad de mi vida y de mi entorno familiar, grupal y societal.

En el prólogo se habla de «rabia contenida», ¿a qué se debe?

El prólogo me lo realizó Andrés Gotor de Astorza, un profesor catedrático de la Universidad del Campus de Huelva. Él se refería a mi sufrimiento, el rechazo, la marginación y la homofobia desde mi infancia hasta mi edad adulta.

¿Se puede decir que has tenido una vida difícil?

La verdad es que no he tenido una vida fácil ni familiar, ni vecinal, de amigos y mucho menos, social. La intolerancia familiar, los malos tratos físicos, psíquicos y sentimentales han marcado mi vida, mi carácter y me han hecho ser más sensible; sin embargo, a la vez más fuerte para seguir adelante en esta vida de obstáculos. La verdad no he tenido una vida fácil ni familiar, ni vecinal, de amigos y mucho menos social.

¿A qué es debido?

Principalmente, en aquellos años últimos del Franquismo y Transición española, como al principio de los años 80 y 90 de la Democracia en Dos Hermanas, mayormente por ser homosexual, por la falta de información y falta de empatía en esta sociedad de aquellos años. Después, por tener diversidad funcional con un 57% de discapacidad y, posteriormente, por ser recluso no reincidente entre 2005 y 2011.

Sin embargo, hablas también de segundas oportunidades…

Claro, esa ha sido siempre mi suerte, mis segundas oportunidades, una vida de resiliencia. Como dijo Andrés Gotor de Astorza, esa es «La magia de Paquito».

¿Quién te ha ayudado en esta tarea de escritor?

Las dos personas más destacadas que me han facilitado mi camino hacia la escritura han sido mi mentora, profesora, psicóloga, escritora, pintora y amiga, Pilar Domínguez Toscano. A posteriori, mi padrino de mi tercer libro, Andrés Gotor de Astorza, escritor, profesor de la Universidad de Huelva y catedrático, como polifacético en otras cuestiones sociales, del arte y educacionales.

¿Qué puede aprender de ti aquel que lea tus páginas?

Sobre todo quiero que sirva de ejemplo a las personas que han pasado menos, igual o más que yo. Que sea una reflexión, una mirada hacia el otro, hacia la empatía y, por supuesto, para aquellos y aquellas que quieran saber la verdad de una persona LGBTI: lo que sufre, lo que siente, lo que necesita y que todos somos a la misma vez diferentes pero iguales en derechos y obligaciones ante este mundo insólito y, a veces, feliz.

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