Rafael Ojeda Rodríguez, el peluquero de Palacio

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Rafael Ojeda

“Vienes a pelarte a un palacio, el Palacio de Alpériz tiene algo mágico, se respira paz. ”

Rafael Ojeda Rodríguez es el peluquero del Centro de Participación Activa de Mayores Palacio de Alpériz. Natural de Dos Hermanas, lleva más de 30 años atendiendo a los jubilados nazarenos. A su profesión suma su gran hobby: la pintura y su afición por la música, en general, y por el rock, en particular.

¿Cuándo comienza su afición por la peluquería?
Desde chico cogía unas tijeras de plástico y le cortaba el flequillo a todos los vecinos. Me gustaba la moda, me fijaba en los peinados… Con 16 años entré en la academia.

¿Cuándo pone en marcha su primera peluquería?
Pues prácticamente, desde la academia me fui al servicio militar. Mi destino fue en Segovia, en automovilismo. Fue en la mili donde realmente cogí mucha práctica en el corte de caballero ya que en la academia no habíamos dado específicamente el corte de caballeros. Tras volver a Dos Hermanas, al poco tiempo me enteré del concurso que había sacado la Junta de Andalucía de una plaza de peluquero y me presenté. Con 21 años entré a trabajar aquí… y ya llevo 32 años.

¿Cómo fueron esos comienzos?
Pues me di cuenta que con las personas mayores me encontraba muy bien. Prefiero estar con personas mayores que con jóvenes. Me gusta escucharlos, me siento un poco psicólogo, muchos necesitan desahogarse, hablar, me cuentan sus cosas…

¿Cómo es su día a día?
Pues llego por la mañana temprano al centro. Limpio la peluquería. A las 10.00 entran los clientes y reparto los números y a trabajar. Estamos abiertos de 10 a 14 horas y de 16 a 19.30 horas.

¿Qué peculiaridad tiene trabajar sólo con jubilados?
La verdad es que trabajo como en familia. Algunas personas llevan más de 20 años como clientes, son muy fieles. Le coges cariño. Si falta alguien una semana me preocupo. Una peculiaridad de esta peluquería es la privacidad. Tenemos una buena sala de espera y sólo está dentro de la peluquería la persona a la que estoy arreglando. Además, el lugar, el Palacio de Alpériz, aquí se respira mucha paz y, al fin y al cabo, vienes a pelarte a un palacio.

¿Qué servicios se realiza?
Corte, peinados, tintes, moldeadores, mechas, etc. De todo.
Una de sus grandes aficiones es la pintura…
Ahora la tengo más abandonada. Desde que estaba en el colegio me presentaba a concursos y ganaba medallas. La pintura me gusta casi como la peluquería. Se podría decir que es mi profesión frustrada. He sido autodidacta, hago pintura abstracta, surrealista, me gusta mezclar un fondo abstracto con algo realista, fusiono. En casa tengo un pequeño estudio. Lo hago por vocación.

Rafael Ojeda también explica que es fan de los Rolling Stones.

La peluquería como pasión

Rafael Ojeda, el peluquero de Alpériz, afirma que la peluquería es una pasión. Acude a cursos de formación todos los años porque le gusta “estar al día”. Agradece a sus clientes la fidelidad. “Les doy las gracias eternamente por como son, son gente especial para mí. No dejo de impresionarme con ellos. También los trabajadores y los compañeros son especiales. Y como no, el centro. El Palacio de Alpériz tiene algo mágico. Aquí siempre hay una sensación muy positiva”, explica insistiendo en que, si no hay nada que lo impida, se jubilará en su pequeña peluquería del centro de mayores de la ciudad.

 

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