Rosario Izquierdo Chaparro, en pro de la igualdad real

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Rosario Izquierdo

“El 8 de marzo es un catalizador para que la ciudadanía tome conciencia, participe y avance”

Rosario Izquierdo Chaparro es Escritora y Socióloga. Natural de Riotinto, Huelva, se considera “muy nazarena”. Escribe desde niña. Le encanta leer y escribir así como la jardinería, el yoga y caminar. Desde 2013 imparte talleres de escritura creativa en la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Dos Hermanas.

Esta tarde se desarrollará en La Almona un encuentro literario centrado en su obra ‘El Hijo Zurdo’, ¿cómo se siente?
Sobre todo, muy agradecida. Hablaremos de los temas que se abordan en ‘El hijo zurdo’, muy relacionados con la situación actual de las mujeres y las relaciones entre madres e hijos. Invito a todas las personas interesadas en la cultura y en la igualdad a que se sumen a nosotras y participen en el debate.

¿Qué intenta plasmar en esta obra?
Al escribir no tengo un plan previo. Cuando surge la chispa y me doy cuenta de que ya estoy metida en una novela, suelen aflorar mis temas: la familia y sus conflictos, la vida en las periferias de las ciudades, la maternidad y la potencia transformadora de la sororidad, es decir, de los lazos de apoyo entre mujeres. Tal vez ésta última convicción sea la que transmite con más fuerza ‘El hijo zurdo’.

‘El Hijo Zurdo’ no es su primera obra, ¿qué otros relatos ha escrito?
He trabajado diferentes géneros. Durante cinco años escribí opinión en dos periódicos de Huelva. He escrito y publicado relato, cuento infantil y poesía, ganando algunos premios en esos géneros. Ahora escribo sobre todo novelas. ‘Diario de campo’ fue la primera, una narración donde vuelco mi experiencia laboral con las mujeres de los barrios y mi propia experiencia familiar con el cuidado de mi hijo y mi hija. Un texto que la crítica situó a medio camino entre la novela y el ensayo sociológico.

¿Es necesaria la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres?
Por supuesto. Sirve para que la desigualdad de oportunidades y las violencias que sufren las mujeres en todo el mundo se visibilicen, tengan eco en los medios y se lleven al debate común. En los últimos años, se ha demostrado en las calles que hay una conciencia ciudadana cada vez más fuerte sobre la necesidad de lograr una sociedad más igualitaria. La fecha del 8 de marzo es un catalizador para que la ciudadanía tome conciencia, participe y avance.

¿En qué hay que trabajar para llegar a la igualdad real?
Necesitamos que se nos valore, que nuestros cuerpos no sean considerados mercancía para vientres de alquiler o prostitución, e implicar a los hombres en el sistema de cuidados, que debe ser revalorizado, porque es la base. Dar una educación de calidad, desde la infancia, para una auténtica ciudadanía que sepa respetar a las personas y al medio ambiente. Sin igualdad de género no conseguiremos resolver la desigualdad económica ni la deshumanización creciente.

Luchar por la igualdad

“Todas y todos tenemos potencial para ser agentes de cambio en nuestra vida cotidiana. Somos responsables de lo que consumimos, de lo que votamos, de cómo tratamos a las personas que nos rodean. Muchos hombres eligen no consumir prostitución, no maltratar, matar, violar, ni ejercer acoso sexual sobre las mujeres, considerándolas seres humanos en vez de objetos. Hay que exigir a las instituciones, empresas y medios de comunicación que recojan esa responsabilidad. Podemos educar a nuestras hijas e hijos en igualdad y participar activamente ante las injusticias”.

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