Santa María Magdalena, intervenida por el escultor Antonio Luis Troya

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Santa María Magdalena

Santa María Magdalena ha estado retirada del culto dos semanas

La Imagen de Santa María Magdalena, que preside el Altar Mayor de la parroquia del mismo título, ha sido sometida a una intervención que ha venido de la mano del escultor imaginero Antonio Luis Troya Medina.

Santa María Magdalena ha sido retirada del culto durante unas dos semanas

Según nos cuenta el escultor «la obra presentaba un buen estado de conservación pero cubría su capa pictórica una capa de suciedad producida por la cera y el polvo, acumulada desde hace 37 años que se colocó en el retablo».

El proceso de intervención de Santa María Magdalena ha consistido en la limpieza

química de la capa pictórica, eliminando la suciedad que disturbaban la clara lectura del estrato pictórico original del rostro, cabello, manos y pie derecho. En la mano derecha presentaba la rotura de un dedo mal colocado y se ha realizado su ensamblado correctamente y su reintegración cromática.

«A las vestiduras realizadas con un minucioso estofado sobre oro fino también se les ha retirado la suciedad para así facilitar la lectura de la ornamentación, mostraba pequeños ensambles marcados que han sido reintegrados; finalmente se han protegido los estofados mediante una resina de etilmetaquilato», comenta Troya.

Además, el escultor afirma que «se han remplazado las cinco lágrimas del rostro, de las que solo conservaba dos de las cinco y no eran de calidad puesto que no eran originales».

Santa María Magdalena se ha sometido a este proceso de limpieza y renovación mientras la Virgen de Valme se encontraba en su hornacina, presidiendo los cultos previos a la Romería, en este año especial en el que se celebra el 150 aniversario de la venida definitiva de la Protectora nazarena a la ciudad.

En estos días, la imagen renovada será repuesta al culto y, mientras tanto, se ha podido contemplar en la Capilla que, durante un tiempo ha presidido la Virgen del Carmen y donde se encuentra el Cristo del Abandono.

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