Santi Rodríguez, el actor que lleva el humor por bandera

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Santi Rodríguez
Fotografía: Ángel Jiménez / 20 Minutos

“Hay que acostumbrarse a buscarle el lado positivo a lo que te ocurre en la vida”

El actor y humorista Santi Rodríguez viene a nuestra ciudad a presentar su espectáculo ‘Infarto, ¡no vayas a la luz!’ el próximo 14 de marzo, a las 21.00 horas, en el Teatro Municipal. La risa está asegurada con esta obra teatral cómica en la que ha participado su ‘colega’ y nuestro paisano Manu Sánchez.

¿Qué presenta en ‘Infarto, ¡no vayas a la luz!’?
Es el resultado de un problema de salud que tuve hace dos años. Y le hemos sacado el lado cómico a ese infarto que tuve. Bueno, realmente, el culpable ha sido Manu Sánchez, que creo que lo conocéis bien. Me dijo que había que sacarle la parte cómica a todo lo sucedido y hacer una obra de teatro; así que se puso manos a la obra y él hizo el guión. La dirección es de Fernando Fabiani. La verdad es que no tengo palabras para agradecerle todo lo que ha hecho.

¿Es una obra de teatro cómica o un monólogo?
Es una obra de teatro, una dramaturgia porque tiene planteamiento, nudo y desenlace; no es el espectáculo en el que me siento en una banqueta con un micro. Hago una reflexión de la vida, que pasa en un suspiro. Siempre lo decimos y lo repetimos muchas veces pero no nos damos cuenta hasta que te pasa algo como a mí. Hay que cambiar el orden de prioridades ya que perdemos el tiempo en cosas sin sentido.

Superó este trance así que se puede afirmar que tiene ‘Siete vidas’…
Bueno, lo que no sé es cuántas he gastado ya (risas). Y bueno, a ‘Siete vidas’ le estoy muy agradecido indudablemente. Gracias a la serie me di a conocer y supuso un punto de inflexión en mi carrera.

¿Es difícil dedicarse al humor y mantenerse en este mundo?
Siempre hay que tener los pies en la tierra y no perder el norte. También, una gran dosis de respeto al público y a la profesión. Yo diría que sí es difícil hacer reír pero también tienes que formarte, aprender y rodearte de los mejores para caminar codo con codo y conseguir algo bastante aceptable. Hay que tener en cuenta no es el texto o la interpretación sino iluminación, sonido,… ¡todo suma!

Pero se necesitan dotes para el humor aunque luego uno se forme.
Sí, y de eso, en mi caso, tiene la culpa mi abuela. Ella era muy graciosa y tenía una filosofía de vida muy optimista y de ayudar a los demás e ir caminando juntos, nunca en solitario. Hay que acostumbrarse en esta vida a buscar el lado positivo a todo, que lo tiene. Hay que echarle alegría a la vida, que cuesta lo mismo que echarle pena. Si un problema tiene solución, ponla; y si no lo tiene, no le des vueltas.

Recorre con gran éxito los escenarios españoles, ¿con qué sensación se quedarán los nazarenos cuando esta termine?
Van a estar hora y media sin parar de reír; eso es lo que me dicen porque acostumbro cuando termina la obra a salir a hablar con el público y me dan las gracias por el rato tan bueno pasado.

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